Banco del Bienestar fue uno de los proyectos más ambiciosos durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, con el fin de bancarizar y dar acceso a la inclusión financiero a beneficiarios de sus programas sociales, sin emebargo, su éxito aún genera debate entre especialistas a seis años de su creación.
El banco fue creado en 2019, entre sus objetivos se planteó crear "una banca étical, social, para el acceso a la inclusion económica, social y la financiera", sin embargo, no es claro el cumplimiento de estos objetivos, pues actualmente su función única es la disperción de los recursos de los progamas sociales a través de la construcción de poco más de tres mill sucursales en el paÃs al cierre del sexenio pasado, por debajo de la meta original, que fue de 13 mil.
El banco fue análisis de varias propuestas: en una primera fase, se enfocó también en el otorgamiento de créditos y después se planteó el recibimiento de remesas, acercándose más a la banca de desarrollo, sin embargo, con el tiempo, se enfocó exclusivamente a la entrega de los recursos a beneficiarios del gobierno, sin la intervención de la banca privada.
Para Natalia Campos, coordinadora de Administración Pública del IMCO, la razón de que se hayan limitado las funciones del banco está relacionada con la planeación original. "No se definió bien desde el inicio. Por ejemplo, no hubo una estrategia eficaz de cobro, pero tampoco una estrategia clara de los objetivos", dijo la experta en diálogo con LPO.
De acuerdo con datos oficiales, en 2021 la tasa de morosidad del banco se ubicó 19.33%, muy superior al promedio de la banca comercial mexicana, que en ese año se ubicó en 2.45%. En 2022 terminó con la función de otorgas créditos a través de los programas Créditos a la Palabra y Tandas del Bienestar, que pasaron a Financiera del Bienestar, otra de las instituciones creadas en el sexenio de López Obrador.
Por su parte, el banco saneó su cartera con recursos públicos, de acuerdo con una nota de El Universal, rescatando hasta 20 millones y el resto fue a fondo perdido, con lo que volvió a cero el Ãndice de morosidad.
En un estudio realizado por esta institución detectan que tampoco es posible identificar el éxtio del objetivo de atender la inclusión financiera, pues señala que no son claros los criterios con que se definió este objetivo. Por ejemplo, un tema no menor es la ubicación de las sucursales, pues explica que muchas siguen siendo lejanas para algunas comunidades o hay entidades donde hay muy pocas, a pesar de las necesidades de dichas comunidades.
Al respecto, Berenice RamÃrez, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, señala que la ubicación de estas sucursales está relacioanda, por un lado, con la facultad de poder obtener terrenos con este fin, pero también con la accesibilidad de servicios de energÃa y telecomunicaciones, es decir, el reto también es la cobertura de electricidad y telecomunicaciones en el paÃs.
"Si lo ves desde la perspectiva tradicional del análisis financiero, económico, de cómo operan los grandes bancos, no se cumple el objetivo, pero desde una perspectiva social, el objetivo es atender a personas que no tenÃan ninguna relación con una tarjeta, con un cajero automático y recibir el beneficios de los programas sociales.
Para la especialista, el análisis es mucho más complejo, pues atiende también carencias sociales. "No arrancó facil, la gente no se atrevia a meter la tarjeta sino que preferÃa que lo atendiera un cajero y él les diera su dinero y sentÃan que esa relacion les garantizaba confianza", dijo.
Para la especialistas de la UNAM fue un logro que las y los beneficiarios pudieran obtener el conocimiento y la confianza para el uso de una tarjeta primero y luego a un cajero automático, es decir, se avanzó en términos de educación financiera, de acuerdo con su análisis. Además de que destacó que se logró que esta institución tuviera, efecitvamente, el mayor número de cajeros en el paÃs, logrando mayor acceso para la población que recibe recursos de becas y pensiones.
Vale decir también que en cifras anuales, el gasto administrativo del Banco del Bienestar fue superior en mil 102 millones de pesos al cierre del sexenio de López Obrador, es decir, 44% más que el año anterior y tuvo ganancias por 80 millones de pesos.
Ya en la administración de Claudia Sheinbaum, el banco sigue siendo prioritario, según se lee en sus principales objetivos de gobierno, solo que ahora se busca arrancar con una nueva etapa: la de agregar el servicio de ahorro y asà también fortalecerlo como banca del bienestar.
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Para este fin, a inicios de este sexenio se destinó 8, 538 millones 702 mil pesos, que es un aumento será de mil 91 millones 560 mil pesos, según se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el primer dÃa de octubre.
Las especialistas coinciden que el gran reto será avanzar en la cobertura de telecomunicaciones y el acceso a la energÃa para poder consolidar la banca.
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