
¿Tendrán los actuales partidos opositores "patas para gallo" para entrarle al reto? ¿La creación de un nuevo partido, como se ha rumorado, puede ser el camino? |
Un dÃa después de que se diera a conocer la aplastante victoria de Claudia Sheinbaum de la mano de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo en las elecciones presidenciales del 2 de junio, la Oposición volvió a las sombras, como lo habÃa hecho durante algún tiempo antes de elegir a Xóchitl Gálvez como su abanderada para la contienda.
Y es que para nadie es un secreto que mientras el oficialismo y Morena estuvieron en campaña al menos 2 años antes de los comicios electorales, no fue sino hasta agosto del año pasado cuando la Oposición dio muestras de vida al nombrar a Gálvez como su contendiente, pues los meses anteriores a eso, la Oposición se caracterizó por un preocupante silencio, en buena parte porque no se terminaban por dar las condiciones y acuerdos de la alianza.
En estos dÃas no ha sido distinto. Tras la estrepitosa derrota en las urnas de Gálvez y la alianza opositora, una vez más el silencio volvió a la alianza y pasó de un papel activo, al de un simple espectador más del espectáculo de gobierno que está montando Morena.
Salvo algunos llamados tÃmidos del PAN a corregir el rumbo de personajes destacados e históricos del partido y la misma Xóchitl Gálvez que se animó a salir nuevamente a dar entrevistas a los medios, la realidad es que la Oposición parece nuevamente estar dormida, mientras su trabajo deberÃa ser el mostrar al paÃs que ha entendido el llamado de la gente en las urnas.
Una vez conocido el sentido del voto de los diferentes sectores de la sociedad con el que ganó el oficialismo, la tarea de los partidos derrotados no debe ser el hacer mutis, sino el de demostrar que han tomado nota de que los tiempos han cambiado y que la gente no solo quiere promesas abstractas, sino beneficios tangibles.
Y es que mientras la Oposición pretendió ganar la elección con base en la promesa de equilibrio de poderes y defensa de la democracia, Morena lo hacÃa con una robusta base de programas sociales y con acciones como el aumento al salario mÃnimo (haya sido una propuesta de ellos o no) y aumento de dÃas de vacaciones para los trabajadores, entre otros puntos a favor que tuvieron para efectos electorales.
Menuda tarea tiene ahora la Oposición que deberá remar a contracorriente siendo minorÃa y sin tener la capacidad de frenar las reformas mandadas al Congreso en febrero pasado por el aún presidente Andrés Manuel López Obrador, porque seamos sinceros, la pregunta no es si se concretarán las reformas, la verdadera pregunta es cuándo.
Por lo pronto en el calendario ya están marcadas las reformas al poder judicial y el traspaso de la Guardia Nacional a Sedena y asà se irán concretando los cambios. ¿Qué le queda a la gente que votó en contra de la continuidad? Pensar que las reformas no serán de la radicalidad con la que fueron anunciadas desde el púlpito presidencial y que permitirán razonablemente la operación tanto del poder judicial como de la Guardia Nacional, tomando en cuenta que, aunque el oficialismo diga lo contrario, los mercados y las eventuales fugas de capital son un contrapeso real a las modificaciones constitucionales que se pretendan hacer.
Es asà que la Oposición tiene una tarea titánica, que será convencer al electorado que no votó por ellos, de que son una mejor opción que Morena y sus aliados, pero probablemente deberán moderarse por lo menos un tiempo de esos conceptos de defensa de la democracia, equilibrio de poderes y todas esas tácticas que los llevaron a la peor derrota de su historia.
¿Tendrán los actuales partidos opositores "patas para gallo" para entrarle al reto? ¿La creación de un nuevo partido, como se ha rumorado, puede ser el camino para un eventual (aunque luzca lejano) retorno al poder? Ya se verá, pero por lo pronto, la Oposición parece estar disfrutando su tiempo de "hibernación".
Twitter: @campudia
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