
Esta semana el PAN tendrá su plenaria de senadores en Aguascalientes, el único estado donde Claudia Sheinbaum no ganó el año pasado. Si bien hasta hace algunas semanas el panorama parecÃa despejado en favor de la permanencia de Guadalupe MurgÃa en la coordinación, ahora se asoman a la discusión tanto Ricardo Anaya como el exgobernador de Guanajuato, Miguel Márquez.
El hecho de que Anaya levantara la mano agitó los ánimos porque, a pesar de sus buenas intervenciones en la Cámara alta, buena parte de los senadores creen que es un perfil intransitable por sus antecedentes más recientes: una larga ausencia durante todo el sexenio anterior, la necesidad permanente del fuero y un ingreso al Senado por la vÃa pluri que fue negociado con Marko Cortés, quien llevó al partido a una elección desastrosa el año pasado. Efectivamente, no se registra buen ánimo respecto a Anaya.
Algunos indicios se registraron en diciembre, cuando ya se hablaba de la habitual buena oratoria de Anaya. En ciertos encuentros de senadores, Francisco RamÃrez Acuña coincidÃa en que Anaya hablaba muy bien pero que no habÃa que olvidar "que le entregó el paÃs a López Obrador".
Frente a los movimientos de Anaya, se activó rápidamente el exgobernador Márquez, actual mandamás del grupo polÃtico más poderoso del PAN en Guanajuato. Está convencido de tener más adhesiones que Anaya y reedita asà la fugaz carrera que tuvieron en 2018, cuando Márquez también querÃa la candidatura presidencial.
Lilly Téllez también manifestó algún interés en la coordinación pero en el grupo preocupa un estilo demasiado confrontativo e incontrolable cuando se trata de hablar del Gobierno.
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