El senador Miguel Ángel Osorio Chong reunirá en la noche de hoy lunes a su bancada para discutir los planes de militarización del país que promueve Andrés Manuel López Obrador. En ese cónclave reservado tendrá su oportunidad de exponer su propuesta el senador Jorge Carlos Ramírez Marín. Ese texto incluye mayor transparencia del gasto militar, apoyo a las policías municipales y diversos mecanismos de control. 

Como explicó LPO, estos tópicos son discutibles tanto para Ricardo Monreal como para Adán Augusto López Hernández. También funcionan para la cúpula militar. El problema es que el presidente se niega a modificar el texto original. Prefiere la épica de la polarización contra el mal. 

López Obrador insiste en privado en que a su Gobierno sólo le falta el voto de un senador. Así se lo comunicó Adán Augusto el pasado viernes. Entre negociar y apostar a fondo por su propuesta, el tabasqueño elige, de momento, la segunda vía. Hasta ahora no hay indicios de que ese voto -algunos dicen que en realidad son más- se haya conseguido.

Osorio Chong pelea por la coordinación del PRI y opera para evitar una desbandada

Osorio Chong, por su parte, le da varias señales de apertura a la 4T. La organización de la reunión para escuchar a Ramírez Marín (cada vez más aliado de Alejandro Moreno Cárdenas), el voto de la senadora Nuvia Mayorga que es muy cercana al hidalguense y que acompañaría la propuesta del Gobierno y, finalmente, el reconocimiento a su entorno de que un bloque tajante puede acarrear consecuencias muy complejas en la arena judicial. Osorio tiene muy claro todo lo que Adán Augusto puede hacer en materia de coacción. A final de cuentas, también estuvo en el Palacio de Covián. 

Hay una zona gris donde Osorio asume que tiene una oportunidad. Si es cierto que al Gobierno solo le falta un voto, el coordinador puede dar libertad de acción, facilitar la aprobación de la norma tal como está y él votar en contra, y de ese modo consolidarse como vocero de la oposición. En paralelo evita aparecer alineado con Moreno Cárdenas.

Por su parte, Adán y Monreal creen en la misma fórmula que tuvo la ley para crear la Guardia Nacional. Esa iniciativa primero fracasó en el Senado. Luego el Gobierno se moderó, tuvieron lugar tres días de trabajo conjunto y la norma emergió con el aval de la oposición.

En su cálculo, si el Gobierno insiste demasiado en su posición, va a terminar por abroquelar totalmente en contra al PRI y a MC. Para entender: ¿Cómo podría Marín acompañar al Gobierno si su propuesta queda en la nada? ¿Cómo harían los senadores opositores que ya votaron en contra -o lo expresaron públicamente- para cambiar su posición ante el mismo texto y no quedar como entregados al oficialismo?