Los problemas de Morena en la CDMX por las candidaturas que competirán en las elecciones de junio son conocidas, pero durante los últimos días comenzaron a surgir tensiones entre figuras de equipos que hasta hace unos meses trabajaban juntos. Es el caso, por ejemplo, de Gustavo Madero, donde existe un fuerte malestar con el jefe de Gobierno, Martí Batres, por la candidatura del senador César Cravioto, quien no cuenta con el visto bueno del alcalde Francisco Chíguil.

La tensión que surgió por la sucesión en la segunda alcaldía más grane de la capital es llamativa porque hace unos meses tanto Martí como Chíguil trabajaron juntos en la campaña de la ahora candidata a jefa de Gobierno, Clara Brugada. Sin embargo, el devenir de la Gustavo Madero generó nuevos cruces. Según fuentes consultadas por esta redacción, la candidatura de Cravioto, quien cuenta con el beneplácito de Martí, genera malestar en la alcaldía porque no permite confirmar ni consensuar, por el momento, la candidatura de Ruben Linares, el hombre elegido por Chíguil para que continúe en su cargo.

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Como detalló esta redacción, las aspiraciones de Cravioto en la Gustavo Madero generan malestar en la alcaldía porque los diferentes equipos que compiten por suceder a Chíguil lo ven como un foráneo que no cuenta con trabajo territorial ni aparato electoral local y, advierten, tampoco vive en la demarcación. "Tiene una casa en Miguel Hidalgo, que vaya a apoyar y a trabajar en la candidatura de Miguel Torruco", dicen en los pasillos políticos de la demarcación.

El problema es que, advierten en la alcaldía, Cravioto cuenta con el respaldo nada más y nada menos que de Martí Batres, uno de los pesos más pesados de la CDMX. Fuente de la GAM afirman que esto dificulta la generación de consensos detrás de la candidatura de Linares, el favorito de Chíguil, quien ya manifiesta un importante malestar con el jefe de Gobierno. "Ya hablamos, ya propusimos una salida electoral que permita una solución para todos, pero no nos escuchan", le aseguró a esta redacción una fuente cercana al actual alcalde.

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Lo curioso de esta disputa electoral dentro de Morena es que no es entre equipos diferentes, como ocurre en Coyoacán, Tlalpan o Cuauhtémoc, sino en un mismo grupo que trabajó fuertemente en la campaña de Clara Brugada. Durante la misma, Martí Batres operó desde las sombras en favor de la exalcaldesa, mientras que Chíguil fue su jefe de campaña. Ahora, se encuentran enfrentados por la sucesión de la segunda alcaldía más grande de la CDMX, lo que podría generar nuevas tensiones dentro de un oficialismo que sufre discusiones en diferentes frentes de la capital.