Los análisis de lo que dejó la elección judicial en la CDMX continúan. Como reveló esta redacción, el oficialismo superó la media nacional de la participación, pero existe malestar con algunos sectores por inconsistencias en los resultados. En este contexto, dos de los apuntados son el exalcalde de la Gustavo Madero y actual senador, Francisco Chíguil, y su par de Iztacalco, Armando Quintero. Ahora, según pudo saber LPO, otro que está en la mira es el también antiguo mandamás de Xochimilco, José Carlos Acosta.

El escenario es similar para los tres: antiguos y poderosos líderes de sus respectivas demarcaciones en las que ninguno tuvo influencia en sus sucesiones, un hecho que hasta el día de hoy no olvidan ni le perdonan a la dirigencia guinda y a la jefa de Gobierno, Clara Brugada. La diferencia está en que Chíguil y Acosta fueron dos de los principales operadores de la candidatura de la exalcaldesa, mientras que Quintero se volcó por Omar García Harfuch en una interna que provocó heridas que todavía no cierran.

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Según pudo saber LPO, el oficialismo chilango acusa a José Carlos Acosta de haber promovido y difundido su propio "acordeón" para las elecciones judiciales, es decir, habría incentivado candidaturas diferentes a las de la jefa de Gobierno, Clara Brugada. "A nivel federal los nombres eran los mismos, pero cambiaban en la ciudad", le reconoció a esta redacción un operador guinda. Esto habría provocado una serie de descalabros en los resultados que no fueron del todo satisfactorio para el Poder Ejecutivo local.

El exalcalde de Xochimilco fue uno de los principales operadores de la campaña de Clara Brugada en la CDMX.

LPO Rodrigo González.

Esta redacción adelantó que en el oficialismo chilango había fuertes disputas, inconsistencias y diferencias entre las principales candidaturas que se debían impulsar a nivel local. En el ámbito federal no había discrepancias, pero en los puestos de la CDMX sí, lo que evidenció la fragilidad guinda que existe en la capital y en el gobierno de Clara Brugada. Finalmente ocurrió y, como también relató LPO, en el equipo cercano de la exalcaldesa de Iztapalapa comenzaron una evaluación interna que apunta, por estos momentos, a una serie de exalcaldes a los que se suma José Carlos Acosta.

"Su obsesión es recuperar la alcaldía en 2027", reconocen en el antiguo palacio de Ayuntamiento. La sucesión en Xochimilco fue la más difícil para el oficialismo y la última en resolverse en favor de la actual alcaldesa del PT, Circe Camacho, quien mantiene un profundo enfrentamiento con el ahora Coordinador General de Capital Humano de la capital nacional. Desde entonces, Acosta no perdonó ni olvidó el no haber podido colocar a la ahora diputada chilanga Erika Rosales y en la 4T no es un secreto que trabaja arduamente para entorpecer a la administración local y tratar de volver al gobierno en los próximos comicios.

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Sin embargo, en el oficialismo advierten que las maniobras hechas durante la elección judicial a espaldas de la jefa de Gobierno -con quien sufre un enfriamiento de la relación- podría jugarle en contra y costarle caro de cara a las elecciones de 2027. Al igual que en el 2024, Xochimilco promete ser una de las demarcaciones más disputadas en los próximos años.