No es claro el panorama sucesorio de Morena en la CDMX. Encuestas encargadas desde Palacio Nacional y desde el gabinete capitalino coinciden en que los aspirantes preliminares como Rosa Icela RodrÃguez, Martà Batres o Clara Brugada no están resultando competitivos frente a la oposición que ya gobierna media capital.
En esa nebulosa es que Armando Quintero, ex perrredista y alcalde de Iztacalco, comienza a recorrer diversos cÃrculos de la 4T para medir sus posibilidades de ser candidato a jefe de gobierno. Tiene un primer apoyo relevante de la mano de Carmen Lira, directora de La Jornada y comadre presidencial. Lira inicialmente apostaba por la secretaria de Seguridad, que habÃa sido su empleada, pero ahora comienza a detectar que las cifras de la seguridad van a dificultar cada vez más ese proyecto.
Quintero, por su parte, intenta esbozar, desde una posición periférica como es su delegación, un discurso ameno para las clases intermedias porque entiende, como el resto de los suspirantes, que es muy difÃcil ser competitivo en la capital sin argumentos para ese público. Según Quintero, ese será su giro para diferenciarse de Brugada, cuya retórica se asienta en las clases populares que le toca gobernar en Iztapalapa.
Otra clave es que de momento evita cualquier confrontación con el PRI y el PAN, a diferencia de otros alcaldes morenos subidos a la polémica del llamado "cartel inmobiliario".
Un movimiento adicional, poco discreto, pero calculado para ganar el favor de la SecretarÃa de Gobernación, fue la crÃtica de Quintero a Pemex el pasado fin de semana por supuestas desinteligencias en el combate al huachicol en la delegación. Un tiro por elevación a Octavio Romero, rival declarado de Adán Augusto López Hernández.
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