Editorial
¿De madres cuándo hablamos, AMLO?
Por Beatriz Navarro
"A AMLO no le gusta que le estén dando dinero a su oposición. Considera que debe tener voz y voto sobre qué organizaciones civiles reciben ayuda internacional".

¿Quiénes deciden lo que decidimos? Dice Maquiavelo que "...en general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven." En sus mañaneras AMLO marca el ritmo y el tono de lo que se discute en el país, crea el contenido. Pasamos de "las cajas chinas," al control total de agenda. Y es que, lo que dice el presidente, es la nota. Su discurso, se repite, se analiza, se critica, se aplaude y se transforma, creando tóxicos ecos mediáticos que atrapan la opinión pública.

El viernes pasado, ocupó media hora de la mañanera para acusar a la asociación civil "Mexicanos Unidos Contra la Corrupción" fundada por Claudio X González, de ser un grupo político golpista. Por tanto, comunica a la población que giró nota diplomática a la Embajada de EUA, pidiendo que se explique el porqué del apoyo financiero de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) a la organización. "Un acto de intervencionismo que viola nuestra soberanía." El mensaje entre líneas que capta el espectador es simple: Nuestro presidente no se deja ningunear y esas asociaciones son corruptas.

AMLO ocupó media hora de la mañanera para acusar a "Mexicanos Unidos Contra la Corrupción" de ser un grupo político golpista. Giró nota diplomática a EUA pidiendo que se explique el porqué del apoyo financiero de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) a la organización. 

Conociendo el nivel de profesionalismo del Servicio Exterior Mexicano, no me cabe duda de que antes de enviar la nota, deben haberle comentado al presidente que USAID opera de conformidad con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Que las misiones de USAID trabajan en más de cincuenta países, consultando a los gobiernos y a las organizaciones no gubernamentales (ONG) para identificar programas que requieren asistencia técnica o financiera.

De hecho, la agenda actual de USAID en México (la cual, es pública) incluye reducir la impunidad y la corrupción, limitar el entorno propicio para la delincuencia y, ampliar mecanismos sustentables para el comercio y la prosperidad. USAID nunca ha encubierto a qué organizaciones y a qué gobiernos locales apoya técnica y financieramente. Incluso reportó en su informe público en abril de este año, que entrenó a mas de 7,9566 funcionarios públicos y a 1,044 representantes de la academia y la sociedad civil en el Sistema Nacional Anticorrupción. En este mismo documento, USAID claramente informa el monto de donaciones otorgadas a Mexicanos Unidos Contra la Corrupción, al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y al Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) entre otros.

Pero al presidente no le gusta que le estén dando dinero a su oposición. Claramente, AMLO considera que el ejecutivo debe también tener voz y voto sobre qué organizaciones civiles reciben ayuda internacional. Un tema visceral. El problema no es sólo que este asunto representa un revés autoritario contra el derecho de asociación. El verdadero problema es el que, sin querer, queda manifiesto cuando el reportero le pregunta: "¿Considera que esta nota diplomática no tensa esta conversación que tendrá en unos minutos con la vicepresidenta de los Estados Unidos? Y el presidente dice que no. Porque es otro tema y es otra agenda.

¿Otra agenda? El mismo viernes 7 de mayo, la Casa Blanca emite comunicado de prensa en el que da a conocer que, en la reunión, se discutieron formas de profundizar la cooperación entre Estados Unidos y México para abordar las causas de fondo de la migración de Guatemala, Honduras y El Salvador, incluida la promoción del desarrollo económico en el sur de México y el Triángulo Norte de América Central. También se analizó avanzar en el esfuerzo bilateral contra el tráfico de migrantes y la trata de personas para desmantelar las redes criminales.

El presidente sabe que, históricamente, un componente clave para profundizar la cooperación entre ambas naciones es, precisamente, la coordinación con asociaciones civiles. Más aún, si la corrupción es el abuso del poder para beneficios privados, cualquiera que esté a cargo del ejercicio público, será sujeto a vigilancia de transparencia e integridad. No sólo porque es un deber moral sino por que, efectivamente, la corrupción "amenaza el desarrollo sostenible de los países, da pie a la violación de los derechos humanos, distorsiona los mercados; perturba la cohesión social y cuestiona la efectividad y credibilidad de las instituciones públicas, representando una amenaza a la legitimación del Estado."

En el marco del 10 de mayo, me hubiera encantado ver a algún periodista conectando realidades. Preguntándole al presidente, si discutirá con Harris acciones conjuntas contra el tema de violencia de género, uno de los principales detonantes de la nueva ola migratoria de menores en los Estados Unidos. Pero no, hoy quisimos agasajar a las madres con un concierto.

Pero ese no es el punto. Lo que el presidente quiere es que se discuta quién es Claudio X Gonzales y quién es su papá. Para AMLO, nadie esta libre de pecado para arrojar ninguna piedra. Con control pleno de agenda, hace de lado el fondo de la materia que le compete y se centra en las formas de sus evangelios mediáticos. Consecuentemente, hoy lunes, en los medios se discute más sobre el linaje de los intelectuales de oposición, que sobre el contenido de la agenda de cooperación bilateral. Obviamente, el primer tema es mucho más taquillero.

Por otro lado, supuse que, este Día de las Madres, el presidente comenzaría su mañanera con alguna conmemoración. No sé, un minuto de silencio, quizás, por todas las madres de familia, que pierden su vida cruzando la frontera, intentando escapar de la violencia. Tal vez, en un tono más alegre -mejor- un minuto de aplausos, para agradecer a todas las madres, enfermeras y trabajadoras domésticas que han sido la primera línea de defensa durante esta pandemia. O quizás, hablar del estatus de guarderías, tema crucial, por obvias razones.

En el marco de este día, me hubiera encantado ver a algún periodista conectando realidades. Preguntándole al presidente, si discutirá con la vicepresidenta norteamericana acciones conjuntas contra el tema de violencia de género, el cual, es uno de los principales detonantes de la nueva ola migratoria de menores en los Estados Unidos. O bien, si se incluirá la perspectiva de género en respuesta a crisis conjuntas.

Pero no, hoy quisimos agasajar a las madres con un concierto. La maternidad, desde la trinchera de las políticas públicas, no merece mayor análisis. 

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