
Expediente Político
El pasado siete de marzo elementos de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), perteneciente a la Secretaría de Seguridad del Estado, hizo acto de presencia en el municipio de Playas de Rosarito para sustituir en bloques a los integrantes de la policía municipal de esa demarcación, quienes deberán obligadamente realizar sus exámenes de control y confianza en el C3.
Para nadie en el municipio y en todo el estado es un secreto el alto grado de corrupción y degradación institucional en la que está envuelta la corporación preventiva gracias a los cinco años de decadente, degradante y corrupta administración de Araceli Brown Figueredo y a los corrompidos y corruptores mandos que Brown designó, quien no solo la fomentó y alentó, sino que la institucionalizó a través de cuatro células delictivas, policía municipal, Inspección y Verificación, Secretaría de Movilidad y el cartel inmobiliario.
Si tomamos como un referente la acción similar llevada a cabo por el gobierno del estado y su secretaría de seguridad en el municipio de Tecate hace unas semanas, que dio como resultado 100 policías reprobados de 180 elementos evaluados que integraban la corporación, incluida su titular, Marina Calderón, quien, por cierto, ya fue renunciada.
Bajo ese contexto, en Rosarito existe un padrón de policías, de acuerdo con el secretario de seguridad, Héctor Manzo Ruvalcaba, de 264 elementos que se dedicaban, con sus excepciones y acepciones a extorsionar, privar de su libertad, amedrentar, abusar de los ciudadanos para conseguir las cuotas que sus mandos exigían diariamente en cada turno para ser entregadas a quienes ahí los colocaron.
Y, como el comportamiento de los policías rosaritenses, de acuerdo con las crónicas periodísticas del pueblo mágico y las denuncias en las redes sociales sobre el comportamiento de los agentes de la preventiva tecatense, era un símil de ellos en casi todos sus aspectos, es lógico suponer que del total que serán valorados y evaluados, cuando menos, la mitad de ellos no brincarán la barrera de la evaluación.
De registrarse lo aquí anticipado, la alcaldesa Rocío Adame Muñoz, quedará en una situación delicada que se sumará al serio problema que ya arrastra por el deficiente desempeño que hasta ahora ha tenido su secretario de seguridad, Héctor Manzo Ruvalcaba, quien no ha podido controlar las acciones de extorsión en que incurren sus subordinados, que al igual que con Araceli Brown Figueredo, también tienen que entregar cuotas a sus respectivos mandos, eso si, con la consideración de que hoy el monto de la cuota es mucho menor que con Brown Figueredo. Es decir, lo mismo, pero más barato.
Y finalmente, a este coctel de conflictos y sin sabores que es el tema de inseguridad y el comportamiento de los policías municipales de Rosarito que tiene en su escritorio de la alcaldesa, hay que añadir que, los 180 agentes que estarán patrullando Rosarito en el lugar de sus policías municipales, también traen la consigna de extorsionar a cuanto ciudadano caiga en sus garras, así lo muestran las denuncias que nos han hecho llegar por afectados y lo que se ha podido observar en estos escasos días que tienen circulando en el quinto municipio.
A los rosaritenses con la llegada de la Fuerza Estatal, les está lloviendo sobre mojado.
Cotilleo político....
Pobre Claudia, da pena ajena, no solo le patearon su iniciativa de antinepotismo y de no reelección, sino que también la ignoran por Andy, el hijo de su Mesías.
Y mientras tanto....
La presidente de la CONAGO sigue sin entender que no entiende de la urgente necesidad de hacer asepsia en su gabinete legal y ampliado.
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