Alejandro Ruiz Uribe, actual delegado de Programas para el Bienestar en Baja California, empieza a posicionarse como una de las cartas visibles de Morena rumbo a la sucesión de la gubernatura en 2027. Aunque su protagonismo ha sido súbito y para algunos sorpresivo, su irrupción en la conversación política del estado no parece accidental.

A decir de diversas voces en la escena local, más que una construcción política sólida, su ascenso se explicaría por una combinación de coyuntura, vacío de liderazgos y, como suele ocurrir en política, por estar en el momento y lugar correctos.

Desde algunos sectores se interpreta su avance como una operación impulsada por el exgobernador Jaime Bonilla Valdez, quien estaría tejiendo una nueva red de poder local tras años de distanciamiento con la actual administración estatal.

A pesar de haber tenido sus diferencias con el ex gobernador de BC, Ruiz Uribe ahora se mantiene cercano a Bonilla desde su paso por la delegación federal, comenzando a posicionarse como una figura con peso propio en el escenario político interno de Morena, en un contexto donde se perciben reacomodos y nuevas dinámicas al interior del partido.

De acuerdo con información publicada recientemente por La Política Online, Claudia Sheinbaum habría solicitado a la actual mandataria estatal reunirse con Bonilla para tratar de recomponer la relación de cara a 2027, en medio de preocupaciones por mantener a Baja California dentro del mapa electoral de la Cuarta Transformación.

Sheinbaum habría pedido a Marina reunirse con Bonilla rumbo al 2027Cabe recordar que Morena se juega 13 de las 17 gubernaturas que estarán en disputa en ese año, y Baja California, uno de los primeros bastiones del movimiento, es vista como un estado clave que no puede darse por sentado.

En ese tablero, el nombre de Ismael Burgueño Ruiz, actual presidente municipal de Tijuana, también se mantiene como una opción fuerte. Aunque sin las luces mediáticas que han rodeado el ascenso de Ruiz Uribe, Burgueño cuenta con estructura, presencia territorial en el municipio más importante del estado y, sobre todo, con una imagen de disciplina dentro del partido. El "contendiente más óptimo", hasta el momento, para Ruiz Uribe que a su pesar no irá por la libre.

Todo dependerá, sin embargo, del criterio de paridad que se aplique en el reparto de candidaturas para 2027. Si a Baja California le corresponde postular a un hombre -como se especula entre operadores del partido-, tanto Ruiz Uribe como Burgueño estarían en la delantera.

En cambio, si se asigna a una mujer, el escenario cambiaría por completo. En ese caso, la carta que apuntaba Marina del Pilar originalmente, la senadora Julieta Ramírez podría regresar a la mesa. Por ahora, el juego de sucesión en Baja California se mueve entre operaciones discretas, alianzas y protagonismos que, más allá del fondo, reflejan la disputa por quién será el rostro de la 4T en el estado hacia 2027.

Por el momento, Ruiz Uribe ya figura con peso en la contienda, pero aún falta ver si su presencia será duradera o solo parte de un inflado momentáneo en una política que, como el viento, cambia de dirección sin previo aviso.