Después de que el Estado de Baja California se ubicó como la entidad con la segunda mayor tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, como lo dio a conocer Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, el tema repuntó en la ciudad fronteriza cuestionando a las autoridades sobre qué es lo que se está haciendo para combatir este fenómeno.
"El tema de seguridad es el que más trabajo nos está costando", dijo la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar al intentar explicar las complejidades que transcurren al hablar de la inseguridad. Lo anterior este pasado jueves en atención a medios de comunicación tras presentar la modernización del transporte en el corredor Agua Caliente en la ciudad de Tijuana.
Con mil 779 homicidios dolosos registrados en 9 meses, dato que la presidenta Claudia Sheinbaum pidió que se compartiera en su conferencia del pueblo, el estado de Baja California quedó expuesto, en especial la ciudad de Tijuana que Harfuch anunció como uno de los 10 municipios más violentos del país.
De acuerdo con la próxima estrategia nacional de seguridad será prioridad la atención a las causas, la consolidación de la Guardia Nacional, el fortalecimiento de Inteligencia e investigación, así como, la coordinación con el gabinete de seguridad y con las entidades federativas. Esto con el objetivo de disminuir la incidencia de homicidios dolosos vinculados a la delincuencia organizada y delitos de alto impacto como la extorsión, el secuestro y el robo con violencia.
No obstante, según enfatizó la mandataria federal entre las acciones contra la delincuencia "no va a haber guerra contra el narco"; se detuvo a explicar, ni tampoco "guerra que quiere decir permiso para matar", mucho menos colisión con el crimen "como en el caso de Calderón", aclaró la recién nombrada presidenta de México.
La inseguridad en BC
Ante los constantes cuestionamientos Marina del Pilar no tuvo más que afirmar que no está satisfecha con los resultados en el tema de seguridad pues ha sido una cuestión muy difícil de manejar. Insistió en que llevan números de incidencia a la baja, y eso se puede ver con el comparativo a partir del 2021; aunque después hubo un repunte en 2022.
"Todos lo sabemos, lamentablemente Tijuana se encuentra dentro de las ciudades donde hay un registro de mayor incidencia delictiva con todo y que hemos logrado un disminución, pero evidentemente no estamos satisfechos con estos resultados".
Como se dio a conocer a través de redes sociales, las primeras reuniones con la presidenta de México han sido en materia de seguridad; ello con apenas 10 días en el cargo muy probablemente por la insaciable tendencia a la alta no solo en Baja California, sino también en entidades como son Guanajuato, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Sinaloa, donde se requiere un mayor intervención para el combate a los delitos de alto impacto.
Con la falta de elementos en la corporación policial desde comienzos de la administración, Olmeda Ávila dijo es difícil combatir el crímen cuando carecen de un buen número de policías por lo que aseguró que la presencia de la Guardia Nacional es indispensable para lograr los objetivos que se tienen trazados.
"Tenemos una estrategia dividida en 53 regiones, no son sólo las más vulnerables sino también donde se registra la mayor incidencia delictiva, vamos a entrar con un programa de prevención de la mano del gobierno federal en coordinación con las administraciones municipales como estado prioritario en esta estrategia de seguridad", explicó.
El problema no es la pobreza, es la desigualdad económica
Los factores económicos y sociales, como el desempleo y la pobreza, sí juegan un papel importante en la producción de violencia. Según un miembro del consejo ciudadano de seguridad Pública en Baja California, Ismael Plascencia en diálogo con esta redacción nos compartió sus preocupaciones ante esta alza en la violencia, es primer lugar esperando que con la entrada de este nuevo gobierno y el nombramiento de García Harfuch como titular de seguridad se deje atrás el tema de "abrazos no balazos".
Como parte de atención a las causas, el primer punto en la estrategia nacional de seguridad, se espera entonces que el país mejore en términos de desarrollo económico y con ello en igualdad de oportunidades. "Cuando eso sucede, empiezan a disminuir los índices delictivos. Generalmente, el tema principal es a través de la educación", comentó el consejero.
Desafortunadamente, muchos gobiernos no tienen muchos incentivos para invertir en educación porque los resultados son de largo plazo. El también economista dijo entonces ser evidente que los factores económicos y sociales vienen a pautar el índice delictivo porque su correlación está comprobada, todavía más cuando hay desigualdad económica.
"Si un país es pobre, vamos a decir, un país africano donde la gran mayoría son pobres, no se roban unos a otros; si un país es muy rico como Suiza, tampoco hay problemas de inseguridad o de delincuencia (...) El gran problema es cuando convive la desigualdad económica, en donde hay una concentración de riqueza en unos pocos y la gran mayoría están en pobreza o incluso pobreza extrema".
Ante tal aseveración agregó que aunque el Gobierno ha intentado disminuir esas desigualdades cuando apunta a las inversiones en el sur del país, el eslabón débil sigue siendo la educación porque los incentivos no son sostenibles, si no son bien focalizados.
"De nada sirve que tú mandes inversiones y recursos al sur del país, donde hay muchas diferencias y desigualdades en términos de educación, que luego no prepara a la población para los empleos y lo que ocasionan es migración y ahí entramos nosotros, la frontera".
En estas entidades como Baja California, como la ciudad de Tijuana, el crimen se ha mantenido elevado sí, pero hay que entender primero las característica que rigen a una ciudad como esta o una Ciudad Juárez. Somos ciudades fronterizas y por aquí pasa todo hacia Estados Unidos. El trasiego de droga, la trata de blancas, el crimen organizado. Todo esto se exponencía y se hace todavía más conflictivo.
Como especialista en la materia refirió el Gobierno de López Obrador como el más sangriento, con una tendencia de crecimiento de los gobiernos anteriores, que empezó con Felipe Calderón, se exponenció con Peña Nieto y mantuvo el ritmo con López Obrador hasta que eventualmente comenzó a disminuir, alerta al gobierno actual con Sheinbaum Pardo.
"Es como cuando un tren va avanzando y luego le metes el freno, es difícil detenerlo", sin embargo esperemos que con manos extras y una estrategia bien focalizada como se pretende con Harfuch a nivel nacional, el fortalecimiento de inteligencia e investigación y el apoyo de la guardia nacional este tren pierda fuerza y la la violencia en todo el país -en especial en la frontera- por fin se apacigue.
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