Lo que debía ser una comparecencia discreta por una falta administrativa menor, terminó siendo una nueva muestra del protagonismo de Montserrat Caballero. La exalcaldesa de Tijuana fue finalmente citada por la Sindicatura Municipal luego de varios intentos fallidos para notificarla, y no dejó pasar la oportunidad de colocarse nuevamente en el centro del escenario político, pese a estar bajo investigación.

Aunque la falta administrativa que se le imputa es considerada no grave, el trasfondo del caso es mucho más profundo. Montserrat Caballero enfrenta al menos tres expedientes abiertos, y su administración sigue bajo lupa por denuncias que incluyen la cuestionable compra de una residencia de lujo, un caso que ha generado un desgaste político evidente y desconfianza en su gestión.

La notificación formal se dio hasta mayo, luego de que Caballero proporcionara un nuevo domicilio tras meses de evadir el proceso y obligar a la Sindicatura a emitir notificaciones por edicto, una medida extrema que refleja su actitud evasiva.

Sin embargo, lejos de mantener discreción, la exalcaldesa difundió en sus redes sociales su visita al Ayuntamiento, publicando una frase que parece más un guiño político que un gesto de responsabilidad: "No busco reflectores, pero si me los dan, los aprovecharemos".

El fin de la tregua: la oposición a Marina del Pilar también crece dentro de Morena

A lo anterior, la síndica aseveró con firmeza que "La Sindicatura jamás ha notificado públicamente cuando un servidor o exservidor público enfrenta un procedimiento. Quien decide hacerlo público es la propia persona denunciada, en este caso, la exalcaldesa". Todo esto mientras el actual alcalde Ismael Burgueño negó tener conocimiento de lo ocurrido, dejando en manos de la Sindica procuradora cualquier aclaración.

No obstante, la exalcaldesa no está sola en este proceso. La sindicatura también investiga a otros exfuncionarios de primer nivel, incluyendo al anterior secretario de Bienestar, el exsecretario de Urbanización y el exdirector de Obras Públicas, todos ellos parte del equipo cercano de Caballero durante su gestión. El común denominador: presuntas irregularidades administrativas que siguen bajo revisión legal.

Mientras las investigaciones continúan, la atención que Montserrat Caballero busca generar alrededor de su figura contrasta con la gravedad de las acusaciones y el desgaste institucional que dejó su paso por el gobierno. En vez de asumir con seriedad el proceso que enfrenta, opta por alimentar una narrativa personal, en un intento desesperado por mantenerse vigente en la esfera pública.