Diplomacia
Todo va a costar más gracias a Trump
Por Atzayaelh Torres
Las nuevas medidas económicas anunciadas por el presidente de los Estados Unidos podrían desatar una cadena inflacionaria. El mapa económico y la espera por la respuesta mexicana.

 El plazo se cumplió, las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a los productos procedentes de México y Canadá, ya son una realidad. Nunca antes el inicio de un gobierno de Estados Unidos había sido tan caótico para México como lo es el segundo mandato del republicano. Desde que tomó posesión, el pasado 20 de enero, ha traído de cabeza al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y al sector empresarial.

Sin embargo, el día que fue ungido en la Casa Blanca, Trump le dio a sus socios comerciales una prórroga para que atendieran sus demandas en migración y narcotráfico, mismas que no fueron satisfechas. Vaya, ni la presentación de las leyes secundarias de la contrarreforma energética, en las que se instrumentan las inversiones del sector privado, fueron ofrenda suficiente para calmar la voluntad del presidente número 47 de los Estados Unidos de América.

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Pero, ¿Qué implica que todo lo que provenga de México y Canadá y entre por la frontera de EU pague un impuesto de 25%? En primer lugar, las empresas compradoras en suelo estadounidense tendrán que buscar sus productos e insumos en países con los que Estados Unidos no esté peleado, obviamente buscarán un arancel menor al que se le impuso a sus vecinos, impactando con ello a toda la cadena logística, incrementando los precios del transporte, almacenamiento y, por ende, de los productos finales, mismos que impactarán en los consumidores.

Solamente entre enero y noviembre del año pasado, Estados Unidos importó de México mercancías con un valor de 466 mil millones de dólares, colocándose como su primer socio comercial, apenas por encima de China y Canadá. En contraste, México le compró mercancías por 309 mil millones de dólares en el mismo periodo.

Este impacto en la logística de las empresas, inevitablemente creará una espiral inflacionaria del lado estadounidense, elevando el precio de muchos productos

Este impacto en la logística de las empresas, inevitablemente creará una espiral inflacionaria del lado estadounidense, elevando el precio de muchos productos.

Revisemos. Lo que más compra Estados Unidos de México son vehículos automotores, tanto ligeros como pesados, así como buena proporción de las autopartes que utilizan las armadoras en el territorio Trump.

Según datos del Censo de EU, otros productos que más le enviamos son computadoras, pantallas, maquinaria y equipo industrial, así como frutas y vegetales frescos, de diversos tipos, los cuales tienen un efecto multiplicador en la inflación de alimentos, sin mencionar cerveza, tequila e, incluso, productos de panadería y confitería.

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A esta primera espiral de incrementos anticipados que, de acuerdo con el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, tendrían un impacto estimado de casi 20 mil 500 millones de dólares "de un día para otro" para las familias estadounidenses, debemos agregar el arancel (aún no definido) que prepara Trump a partir del 18 de febrero para el petróleo que importa de México diariamente, y que las empresas energéticas transforman en petrolíferos.

Pero la inflación no se dará solo en Estados Unidos. Al aplicar aranceles, se sabe que México responderá con la misma moneda. Y no es que le compremos poco a Estados Unidos. De allá provienen, por ejemplo, vehículos, insumos diversos para actividades industriales, pero lo más preocupante es el maíz para alimentar al ganado, el cual México es altamente deficitario, al igual que combustibles y gas natural.

La crisis de los aranceles durará lo que México tarde en responderle a Estados Unidos por sus temas pendientes, o hasta que el sector privado estadounidense, junto con el Congreso, presionen lo suficiente para que se regrese a la normalidad el tránsito de mercancías entre los dos países, conforme lo marca el tratado de libre comercio (T-MEC), que por cierto creó Trump durante su primer mandato para sustituir al TLCAN, y que hoy está en riesgo. Así que como desde el 20 de enero, el balón está en la cancha de Trump. Al tiempo veremos.

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