La Presidenta tiene niveles de aprobación similares a los de AMLO. Pero el regreso de Trump, la violencia y las internas de Morena plantean grandes desafíos. |
Claudia Sheinbaum cumplirá sus primeros 100 días en Palacio Nacional justo después de que la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión cerrase su primer periodo ordinario, con un cúmulo de pendientes que, por las pugnas interparlamentarias, han dejado trunco el Plan C de López Obrador.
El equipo económico del gabinete presidencial, en atención a las instrucciones superiores, apura los preparativos para atenuar la sacudida que -parece inevitable- ocurrirá cuando Donald Trump regrese a la Casa Blanca, mientras que otro sector minoritario secunda la narrativa construida en el Salón Tesorería para justificar el rediseño orgánico del aparato burocrático -concentrado en la extinción de los entes autónomos- y el agandalle en el INFONAVIT.
La elite morenista cierra el 2024 enfrascada en discusiones bizantinas que evaden los agobios de la ciudadanía y fracasan en el ocultamiento de las profundas diferencias entre distintas facciones oficialistas. Y como ocurrió a mediados del sexenio peñista, la inseguridad, junto con la violencia atribuida a las organizaciones criminales, se impuso como la principal preocupación en el humor social, por encima de la marcha de la economía o los temas migratorios.
Zedillo-Sheinbaum: tercer round
Claudia Sheinbaum informará sobre los éxitos de sus primeros 100 días, luego de encabezar una reunión del gabinete de seguridad en Culiacán, Sinaloa. Apuntalar al gobernador Rubén Rocha Moya -quien va en caída libre, tras de la abducción del Mayo Zambada- cada vez resulta más engorroso. Para bien o para mal, su futuro ha quedado atado invariablemente al del secretario Omar García Harfuch.
Hace una semana, en la sesión extraordinaria del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Presidenta hizo un deslinde contundente, aunque roncero: frenar al crimen organizado también es responsabilidad de los gobernadores.
La diatriba trumpista ha modificado las definiciones de la Presidenta que -apegada a la lectura que sus asesores realizan de las encuestas- ha minimizado la situación. La verdad es distinta que la realidad y en México, que es más violento que Brasil y tanto como lo es Nigeria, las desapariciones, más que la tasa de homicidios, generan un enorme desgaste a la marca país.
Si bien la inseguridad no fue un factor determinante ni en las campañas ni en el comportamiento electoral en las presidenciales del 2024, ahora la administración morenista deberá escoger. La Operación Enjambre apuntaría la ruta. ¿Dónde ocurrirá el próximo Michoacanazo? La militarización ya no es un argumento.
Desde su llegada a Palacio Nacional, la Presidenta ha mostrado decisión y coherencia para la instrumentación de sus compromisos. Con esa misma tozudez, Sheinbaum ha establecido la continuidad de la estrategia para la construcción de la paz: las Fuerzas Federales tienen un mandato constitucional y la Secretaría de Seguridad Ciudadana, las atribuciones legales para realizar tareas de inteligencia que vulneran la privacidad y otros derechos ciudadanos.
Después de 100 días, la Presidenta tiene niveles de aprobación similares a los de su antecesor. Sobre el significado de este fenómeno y del previo traslado del acuerdo presidencial a la intención de voto en los comicios de junio pasado, poco se ha explicado en los medios.
Los asesores de Palacio Nacional -por los demóscopos a su servicio- ya revisan lo que algunos llaman "la paradoja de Peña Nieto", quien respaldado por una popularidad fugaz emprendió una ruta reformista al amparo del Pacto por México. A la mitad de su sexenio, por causas todavía no determinadas, comenzó un declive que lo llevó a niveles de apenas 10% de aprobación, justo en enero del 2017.
La inseguridad, las amenazas de Trump y las malas decisiones sobre la política económica propiciaron el cambio de régimen. Antes de las votaciones presidenciales de 2024, la violencia y el narcotráfico seguían como la principal preocupación, pero ni Xóchitl Gálvez ni Jorge Álvarez Máynez se atrevieron a desafiar a López Obrador.
Pasada esta primera etapa del sexenio, la Presidenta redoblará el paso para reanimar una agenda rebasada por las coyunturas. La Mañanera del Pueblo ha perdido impacto y audiencia. En Palacio Nacional siguen con la costumbre de buscar polemizar de manera radical, pero ante oposición fragmentada, solo le queda consolidar su estilo autoritario de gobernar... y vencer las resistencias al interior de MORENA a su apuesta para el 2030.
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