Guerra en Europa
 Superciclo y Superprecios, ¿oportunidad o crisis?
Por Matías Strasorier
Ciertas condiciones del contexto global han generado que continúe el "Superciclo de las commodities", como el conflicto ruso-ucraniano o la sequía suramericana, entre otros. En Argentina en particular, la encrucijada depende de quién se queda con la ganancia: o se la siguen llevando "3 o 4 vivos", como dice Cristina Fernández de Kirchner, o se impulsan políticas redistributivas que se traduzcan en más producción y más trabajo, garantizando la mesa de los argentinos, ante todo.

La producción agropecuaria argentina, específicamente la agroalimentaria, presenta condiciones extraordinarias respecto a otros países, lo que le permite producir saldos exportables de agroalimentos. Por esto, el sector agroexportador resulta clave en la economía argentina. En 2021, las cadenas del trigo, maíz, girasol, soja y sorgo registraron liquidaciones de divisas récord, con32.800 millones de dólares, lo que significó un aumento del 62% interanual.

Sin embargo, esto no se traduce en mejoras para el conjunto social: la inflación de febrero de 2022 tuvo un aumento del 4,7% mensual, un acumulado del 8,8% en el 2022 y un 52,3% en la variación interanual. El rubro que más aumentó fue el de alimentos y bebidas no alcohólicas con el 7,5%.

Una familia tipo requiere alrededor de $80.000 mensuales para no ser pobre y $43.000 para no ser indigente, con un salario mínimo vital y móvil de $33.000, vigentes hasta el 31 de marzo de 2022. Mientras tanto, ARCOR S.A., empresa de la familia Pagani y principal empresa alimentaria de Argentina, obtuvo ganancias por $19.918 millones en 2021, casi 4 veces más que en 2020, año en que registró ganancias por $5.441 millones.

Bendito el yuyo, maldito el usurero

El complejo sojero es el más importante de Argentina; nuestro país es el primer exportador mundial de aceite y harina de soja. En la campaña 2020/21 se exportaron 5,6 Mtn (millones de toneladas) de aceite y 28,5 Mtn de harina, representando el 47% y el 41% del mercado mundial respectivamente. Para la campaña 2020/21, se cosecharon alrededor de 45 Mtn de soja, con una industrialización de poco más de 38 Mtn y una venta de poroto de soja al exterior de 5 Mtn.

En relación a la harina de soja, para la campaña 2021/22 se espera una producción de aproximadamente 29 Mtn, de las cuales 26 Mtn tendrán como destino el mercado externo. En cuanto al aceite, se espera una producción de 7,5 Mtn y de éstas, 5,5 Mtn de ventas al exterior.

Más del 80% de la soja argentina se industrializa. Existen unas 35 plantas agroindustriales de soja con una capacidad anual de 63,1 Mtn, es decir, presenta más del 50% de la capacidad ociosa. Por cada tonelada de soja se saca un 18% de aceite y un 82% de harina proteica. En este marco, ¿qué pasa si las retenciones a la harina y aceite de soja se elevan del 31 al 33%? ¿Quién paga esa diferencia?

Existe una particularidad, y es que cuando los productores de soja venden el grano, las empresas se los pagan al precio interno, es decir con que les descuentan el 33% de los derechos de exportación -mal llamados retenciones-, por más que luego procesen el grano para transformarlo en aceite y harina, y que al exportarlo paguen un 31% de impuestos a la exportación. Por lo tanto, si el gobierno nacional lleva el tributo a 33% para ambos subproductos, los 410 millones de dólares extras no significarían un mayor aporte de los productores porque para ellos la alícuota no cambia. Pero sí lo supondrían para las empresas exportadoras, que ya les descuentan a los productores ese diferencial, sea cual sea el destino del poroto de soja.

Si tomamos como referencia el año 2021, Viterra, AGD, Molinos Agro, Bunge y Cargill, exportaron el 61% de estos subproductos. Es decir que, hablando en criollo, de llevar las "retenciones" del 31% al 33%, deberían "ponerse" con 2 puntos porcentuales de más que, como aclaramos, ya les descuentan a los productores.

Pan para mañana, hambre para hoy

El complejo triguero argentino alcanzó los 22,1 Mtn de trigo para la temporada 2021/2022, lo cual marca un nuevo récord en la historia del cereal. En la última década, la industrialización de productos harineros se ha estabilizado en un promedio de 5,9 Mtn. Según datos de la Federación Argentina de la Industria Molinera, durante el año 2021 se produjeron 5,8 Mtn de Trigo Pan y unas 0,26 Mtn de Trigo Candeal; aproximadamente el 91% de lo procesado se destina al mercado interno (unas 5,2 Mtn), el resto es destinado a exportación.

En esta cosecha récord, el registro de exportación de trigo 2021/22 mostraba en febrero que de las 14,5 Mtn de cupo exportable, ya se habían registrado DJVE (declaraciones juradas de venta al exterior) por 13,4 Mtn. ¿Quiénes dominan el mercado?

Los principales exportadores de trigo en Argentina en la campaña 20/21 de trigo fueron: COFCO con 2,14 Mtn; ADM 1,52 Mtn; Cargill 1,48 Mtn; Bunge 1,44 Mtn y LDC 1,44 Mtn.

¿Oportunidad o problema?

Este Superciclo de las commodities está pasando de ser una oportunidad a ser un problema. Mientras se registran agroexportaciones récord, la mitad de los argentinos vive por debajo de la línea de la pobreza. Entonces, ¿dónde van las divisas que ingresan por "retenciones"?

Desde que Mauricio Macri en 2016 eliminó el Fondo Solidario Sojero, junto con parte de las "retenciones" a la exportación, las divisas que ingresan tienen destino financiero. Entre 2016 y 2019 las divisas iban a parar a la bicicleta financiera, desde el 2020 a la actualidad el destino es el Fondo Monetario Internacional u otro acreedor externo. Atrás quedaron las obras públicas y las políticas de inclusión y movilidad social ascendente que Cristina Fernández de Kirchner ejecutó. Atrás quedó un mercado interno fuerte y en expansión. Atrás quedaron también los casi 600 dólares de salario mínimo promedio de quienes trabajaban en Argentina.

Retomar la vía de los derechos a las exportaciones, aprovechando estas situaciones extraordinarias, nos permitiría retomar el proyecto nacional y transformar la Argentina de desarrollo desigual. Aprovechar el aumento de los precios internacionales de las mercancías que se producen en nuestro país con renta extraordinaria permitiría impulsar un desarrollo federal e inclusivo.

Retomar la vía de los derechos a las exportaciones, aprovechando estas situaciones extraordinarias, nos permitiría retomar el proyecto nacional y transformar la Argentina de desarrollo desigual. Aprovechar el aumento de los precios internacionales de las mercancías que se producen en nuestro país con renta extraordinaria permitiría impulsar un desarrollo federal e inclusivo. Hablamos de estimular la producción en todo el país, de manera que aumentemos los saldos exportables, a la vez que generamos crecimiento y desarrollo, trabajo y producción.

Ante la problemática aún no resuelta del precio de la carne vacuna, propusimos la creación de un Fondo de Desarrollo Ganadero, conformado a partir del aumento de "retenciones" a la exportación de carne vacuna del 9% al 15% (autorizado por la Ley de Emergencia). Un fondo cuyo destino era, en síntesis, fomentar la producción primaria, con líneas para mejorar la eficiencia reproductiva aumentando el número de terneros destetados por vaca, la tasa de preñez, etcétera; aumentar el peso de faena, mejorando el alimento, la genética y el manejo; infraestructuras intra y extra prediales, caminos ganaderos, corrales, mangas, aguadas y otras; y aplicar un programa de trazabilidad, con desarrollo de chips y blockchain.

En segundo lugar, apuntar a garantizar la mesa de los argentinos, destinando parte del fondo a sostener precios accesibles al consumo interno sosteniendo a la vez el precio del productor y de los minoristas. Lo propusimos en nuestro dossier "A los bifes" de mayo de 2021, ahora lo proponemos para el resto. En tiempos excepcionales se necesitan políticas excepcionales, o mejor dicho, audaces.

Aumentar los derechos de exportaciones debe obligadamente ir a saldar la deuda interna con quienes producen y trabajan, la deuda de recuperar salarios, de salir de la pobreza y el hambre, de que desaparezcan productores, de que se fundan las cooperativas. Que no se la lleven 3 o 4 vivos.

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