Editorial
¿A quién le conviene la reforma política?
Por Marcos Novaro
Tanto para Macri como para Carrió lo mejor es pelear con Kirchner, y que se hagan las internas abiertas si eso lo garantiza, y se suspendan si el PJ pudiera usarlas para consagrar a algún disidente que les diputaría sus bases electorales, o las que sueñan con tener.
Pasemos entonces a revisar los escenarios posibles para la oposición. En realidad, no difieren mucho de los que hemos constatado rigen para los Kirchner. Si Cobos sigue perdiendo terreno frente a otros posibles candidatos radicales, que encima tienen más chances que él de mover a votar a la masa de afiliados, entonces tal vez le termine conviniendo lo mismo que a los Kirchner en una situación semejante. En cambio si revierte esta tendencia, y si logra sacar del juego, o mejor incorporar como aliado, a al menos uno de sus potenciales contrincantes (Sanz es el que tiene más a mano), reconciliarse con los afiliados y legitimarse como opositor en una interna masiva puede ser muy conveniente para sus ambiciones presidenciales.

Lo opuesto sucede con los otros candidatos radicales. Y en ello coincidirán con sus contrapartes del peronismo. Según cómo se de esta coincidencia, Ricardo Alfonsín puede terminar siendo compañero de ruta en este terreno tanto de los disidentes del PJ, como de los Kirchner. Se entiende por ello hasta ahora ni él ni Cobos hayan hecho ninguna mención a cómo piensan resolver este asunto.

Es mucho más claro en cambio lo que piensan los demás candidatos. Tanto para Macri como para Carrió lo mejor es pelear con Kirchner, y que se hagan las internas abiertas si eso lo garantiza, y se suspendan si el PJ pudiera usarlas para consagrar a algún disidente que les diputaría sus bases electorales, o las que sueñan con tener. Es decir, es más claro lo que los outsiders quieren, que lo que quieren en los dos grandes partidos, pero tampoco es claro cómo piensan conseguirlo.

Todo dependerá, en suma, de lo eficaz que sean los Kirchner en llevar a la práctica lo que anuncia Rossi: empiojar al máximo la competencia política en y entre los partidos de aquí al 2011.

Columna publicada en el blog El agente de Cipol.

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