Editorial
Tres catalizadores de la fragmentación en CABA
Por Leandro Bruni
Los candidatos con baja intención de voto tienen en esta ocasión una gran oportunidad en la Ciudad.

En este 2025 es muy probable que el panorama electoral de la Ciudad de Buenos Aires tienda a una fragmentación mayor a la que los porteños vieron en los últimos 10 años. Mientras que tres factores alimentan esta tendencia, crece la esperanza entre los partidos con bajo volumen electoral.

Es cierto que a nivel país, el distrito electoral de la Ciudad tiene un peso relativamente importante. Con cerca de 2,7 millones de electores, representa cerca del 8% del padrón nacional, levemente inferior a Córdoba. Pero, además, es muy relevante en términos simbólicos, ya que, además de ser la usina que vio nacer al PRO en 2005/2007 y lo ha acogido en su Jefatura de Gobierno por casi 20 años, el sistema de medios y dinámicas comunicacionales hace que lo que ocurra en la Ciudad funcione como una caja de resonancia para el resto del país. Sobre esta última condición se apoyaron Fernando de la Rúa y Mauricio Macri para proyectarse como candidatos presidenciales. Mas recientemente, lo hizo el mismo Javier Milei cuando en 2021 logró convertirse en Diputado Nacional y atrajo la atención de los más remotos votantes en todo el país. La visibilidad de la Ciudad es muy útil para proyectarse políticamente, pero solo con eso, no alcanza.

Dentro de la diversidad de indicadores que utilizamos los politólogos para poder analizar fenómenos sociales y políticos, el Número Efectivo de Partidos (NEP) ayuda a estimar la cantidad de partidos electoralmente relevantes. Cuando este indicador aumenta, se habla de fragmentación. Históricamente la Ciudad tuvo un NEP superior al del resto del país en su conjunto, reflejando la diversidad de oferta política y su correspondiente demanda. Sin embargo, existen tres factores que funcionan como catalizadores en la habitual fragmentación de la Ciudad.

En primer lugar, la estacionalidad de la contienda, es decir, si son elecciones legislativas o ejecutivas. Las primeras arrojan un NEP más alto (se vota a una mayor cantidad de partidos), mientras que las segundas concentran los votos en menos partidos, pero con un mayor caudal electoral. El segundo factor ha sido la emergencia del PRO a nivel local y su contraste estratégico con el kirchnerismo a nivel nacional. Desde 2007, esa dinámica generó un incremento de la polarización electoral y reducción de la fragmentación a nivel local. La polarización fue para ambos espacios políticos un "tango", bailado por ambos y con beneficios mutuos. En tercer lugar, la aplicación de las PASO en la Ciudad a partir de 2015 también ha sido un factor que redujo el NEP, ya que los partidos con poco caudal electoral no lograban superar el umbral impuesto por las PASO y por lo tanto estuvieron impedidos de presentarse en elecciones generales.

La novedad de este 2025 es que las PASO no se aplicarán a nivel local; el PRO atraviesa una crisis electoral importante que puede desplazarlo del centro de la escena electoral en la Ciudad; y se trata de elecciones legislativas. En otras palabras, todo llevaría a pensar que la probabilidad de una Ciudad electoralmente fragmentada sea muy alta.

En ese contexto, los candidatos con baja intención de voto tienen una gran oportunidad. Sobre todo, teniendo en cuenta que con cerca del 3% (63.000) de los votos de los porteños podrían acceder a la Legislatura de la Ciudad o la Cámara de Diputados de la Nación. Sin embargo, la mayoría de los estudios de opinión pública que están relevando intención de voto revelan que casi el 60% de los posibles candidatos, miden menos de ese porcentaje necesario.

Estamos ante un escenario abierto en el cual evaluar las mejores estrategias electorales puede ser la diferencia entre alcanzar los objetivos o no. Entender a quién le queremos hablar, de qué temas y de qué manera será un organizador ineludible de las agendas electorales que pretendan ganar. Quizás sería oportuno, para algunos candidatos, recordar aquellas palabras de Antonio Machado: "en el campo de la acción política, sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela."

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