
Se terminó la novedad y con ello desaparece lo abstracto. La esperanza de cambio contrasta con indicadores concretos como la pobreza. Se erosiona la masa de apoyo a Milei, pero se consolida un segmento intenso. ¿Puede salir bien? Para el Gobierno si, para la gente no. |
Está pasando. Milei sigue siendo el polÃtico más mencionado en redes sociales pero ya no es lo que era. El desgaste de su figura que evidencian las encuestas es un correlato de la caÃda en las menciones que se observa sostenidamente desde julio. Su protagonismo en el ecosistema digital cae hace 4 meses. Bajó de 13 a casi 8 millones de menciones. Redes, rating y encuestas dicen lo mismo: el Presidente no pierde centralidad, sà pierde interés.
La pérdida de interés no es un tema demasiado importante para gobernar. De hecho, para algunos, es una tarea que deberÃa ser aburrida. Es como el árbitro que dirige bien. Nadie lo menciona. Pero en este Gobierno sà importa. Ser distinto es una necesidad, no importa ni el absurdo. ¿Porqué? La respuesta es lineal. La disrupción opera directamente sobre la percepción de cambio. Un verbatim de focus group dice que "solo alguien asà puede cambiar las cosas". Con la pérdida de interés también se va la idea de cambio. Por eso duele y por eso aclaran, como cuestión de Estado, que el rating no se cae.
Efectivamente está cambiando el escenario. Milei pierde interés porque naturalmente se repite a sà mismo y porque va abandonando la figura de outsider y asumiendo lo que es, un polÃtico. PodrÃamos decir que estamos frente a la transición que va desde lo abstracto a lo concreto. Caen los indicadores asociados a la expectativa de cambio y crecen notablemente las preocupaciones vinculadas al salario, empleo y pobreza. La esperanza versus los resultados.
Los criterios de evaluación migran. Empiezan a mirar el presente arduo, duro, concreto, y se pierde, lentamente, optimismo en el futuro. Pero no es lo único que está en transición. También cambia el sujeto social que se enfrenta al Gobierno. El monopolio de la casta como un actor convenientemente difuso y maleable va terminando con el ingreso de nuevos enemigos más definidos y corporizados. Ahora son jubilados, estudiantes y periodistas.
Pero nada de esto es una novedad para el Presidente. La erosión en su imagen y la corporización de actores sociales como enemigos no es algo que el Gobierno quiere evitar. Meter los dedos en el enchufe es poco recomendable para las mayorÃas, pero no para todos. Para gobernar se necesita, al menos, dos cosas: representar a más personas que los demás y que los demás no se pongan de acuerdo. Con el PRO adosado a LLA, la UCR en su eterna interna y el peronismo en versión 2017, las condiciones de gobernabilidad están dadas.
Un estudio de Hugo Haime puede darnos luz sobre los pasos a seguir del Gobierno. El 25 % está de acuerdo con el veto a la movilidad jubilatoria. El 26 % está de acuerdo con el veto al financiamiento educativo. El 30 % está de acuerdo con el Gobierno respecto de los fondos para la SIDE. Del otro lado, el resto del mundo. Un dato de Pulso Research también nos acerca al número mágico del 30 %. Ese es el porcentaje de encuestados que afirma tener una cuenta en Twitter. No es la misma gente. Pero hablamos de un tercio que va cambiando su fisonomÃa y que será el sostén de este proyecto en la Argentina. Insistimos, no es la misma gente, pero es el mismo porcentaje que votó 3 veces a Milei en 2023. Paso, Generales y Balotaje.
Lo que algunos ven como desgaste, es quizás, la consolidación de una base de apoyo que no soltará fácilmente la mano del Presidente. No se gobierna para todos los argentinos, ni siquiera para la totalidad de sus votantes. Para el Gobierno, los primeros serán los únicos privilegiados. El primer 30 % en llegar, esos enojados que ahora, al ritmo del viejo truco de ser anti k, se copará de ex Cambiemos con sello antiperonista (haciendo prescindibles los servicios de Macri). Es posible que pronto veamos como el eje izquierda y derecha se vuelva a reordenar, con los ricos de un lado y los pobres del otro.
Milei es el último kirchnerista. Ya está construyendo el purismo con su propio 30 %, pronto tendrá el reconocimiento de LLA como Partido Nacional y ya tiene su tribuna preferencial en Twitter. Eso explica a Karina en Parque Lezama o el discurso del Presidente en el Luna Park, destinado a contestar cada crÃtica leÃda en la red de su amigo, Elon Musk. El veto a los jubilados y al financiamiento educativo también se explica acá, ni hablar del asado de celebración. Es para ellos. Es la revancha del 30, de los dolidos, de los enojados, de los no escuchados y los marginados. Son ellos los que no le van a soltar la mano al Gobierno.
Cristina y Milei, un solo corazón
El primer tropezón del Gobierno fue el 24 de abril. La versión inicial de la marcha universitaria fue un golpe mediático, digital, territorial y polÃtico. La primera aparición pública de Cristina, desde la asunción de Milei, fue 3 dÃas después. El anuncio sobre su presencia en Quilmes fue ese mismo dÃa.
Ya en septiembre, el cruce virtual entre CFK y Milei fue unos de los picos que le permitió a ambos ganar centralidad en el improductivo mundo digital. Cristina fue el sexto concepto más mencionado en la conversación del Presidente. Sexto concepto en más de 7 millones de menciones. Fue en el mismo mes en el que Máximo pidió dejar de patalear y que no se enojen con el veto en contra de los jubilados. Cuántos silbidos quedaron atragantados. Ya en octubre, Cristina inició un operativo clamor para conducir el PJ. Fue un dÃa después de la segunda marcha universitaria.
Es sabido, el juego en los extremos sirve en el corto plazo y solo a los protagonistas. La dificultad de coordinarse en el centro de la arena polÃtica es parte de la frustrada experiencia de aquellos peronistas que quieren sacarse la espantosa costumbre de estar cerca del poder, pero no ser poder. "En la cocina, huevos", decÃa Miguel Mateos. El coraje es un gran combustible para una épica necesaria. Ese coraje implica recorrer caminos distintos, los de siempre ya tienen el boleto picado.
HacÃa allà van, nuevamente. La alternativa peronista versión 2025 está en etapa de cafeterÃa. Hay otras dos cosas muy necesarias: liderazgo y plata. Ninguna pavada. La comunicación masiva es cara. Ocupar un espacio en la atención de millones de argentinos frustrados, con enormes problemas cotidianos y profundamente segmentados no se hace con un buen reel de Instagram.
¿Cuál es la oportunidad? Milei se achica electoralmente y Cristina ya se achicó. En el medio, un océano desordenado. Cuando se pregunta por cercanÃa ideológica en las encuestas cuantitativas, la suma de kirchnerismo y peronismo llega al 38 % a nivel nacional. Pero hoy son espacios que pueden repelerse. ¿Alguien imagina un nuevo pase de magia como el de Alberto 2019? ¿Hay un dirigente capaz de juntar ese porcentaje? En muchas mesas peronistas creen que no.
Por su parte, el oficialismo les mima el ego. La nueva canción libertaria muestra devoción por el peronismo. Si la canción dice que importa muy poco la opinión de los kukas, la traducción es básica para un estudiante de primer año en psicologÃa: lo único que les importa es la opinión de los kukas. Quizás le sirva a los kukas frustrados saber que hasta los adversarios algo del pasado reconocen. O fue la rebeldÃa, la mÃstica y los resultados, o fue el confort del poder y sus justificaciones más absurdas. Es pregunta.
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