Pedro Sánchez llegó a China para reunirse con Xi Jinping en plena guerra comercial con Estados Unidos. Si bien la Unión Europea frenó la respuesta a Trump tras la pausa por 90 días a los aranceles, el viaje de Sánchez confirma un acercamiento al gigante asiático que inició Emmanuel Macron y siguió con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.

La misma Von der Leyen encabezó la comitiva europea que fue a Kazajistán para fortalecer el intercambio comercial con Asia Central. El giro europeo es un emergente lógico ante la guerra comercial de Trump que aleja a Estados Unidos de sus dos polos de alianza históricos: Asia Pacífico (con excepción de China) y Europa. 

Es la tercera vez en poco más de dos años que Sánchez va a  China para reunirse con Xi Jinping. En el gobierno español aclararon a los medios locales que no es una gira en respuesta a los aranceles de Trump sino que es para de una estrategia para diversificar mercados. Sin embargo, la coyuntura muestra que la tensa relación con Washington lo obliga tomar otro camino. 

Pero fuentes del Gobierno español recalcan que no se trata de un viaje en respuesta a la actitud de Estados Unidos porque estaba previsto de antemano, aunque las circunstancias hacen que cobre especial significado, y que se enmarca en la política que vienen defendiendo de diversificar mercados.

Europa se recuesta en Asia Central como alternativa a la guerra comercial de Trump

Ese acercamiento de España a China no es visto con buenos ojos por la administración de Estados Unidos, y el secretario del Tesoro, advirtió de que persistir en esa actitud sería "como cortarse el cuello".

Si bien la Unión Europea frenó la respuesta a Trump tras la pausa por 90 días a los aranceles, el viaje de Sánchez confirma un acercamiento al gigante asiático que inició Emmanuel Macron y siguió con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.

De todas formas, España resta importancia a esa amenaza y está decidido a compatibilizar el diálogo con Estados Unidos con el incremento de relaciones con otros países como China, tal y como afirmó Sánchez este jueves en uno de sus últimos actos en Vietnam.

Xi Jinping con Macron en Francia.

El jefe de estado participó de en un foro empresarial hispano-vietnamita donde dio la bienvenida a la tregua arancelaria de Trump porque cree que abre la puerta al diálogo pero, al mismo tiempo, reivindicó su defensa de "un mundo de puertas abiertas", del libre comercio y de más acercamiento a socios como China. 

Ese acercamiento de España a China no es visto con buenos ojos por la administración de Estados Unidos, y el secretario del Tesoro, advirtió de que persistir en esa actitud sería "como cortarse el cuello

Por ello aseguró que tanto España como Europa no solo van a mantener esa apuesta, sino que la van a ampliar aun más con un país que la UE considera socio y, a la vez, competidor.

Según la información oficial, el plan de Sánchez es reducir el gran desequilibrio comercial, ya que, según los datos del gobierno, las importaciones procedentes de China ascendieron en 2024 a 45.000 millones de euros y las exportaciones españolas fueron de 7.400 millones.

Además de las cuestiones económicas y comerciales, Sánchez abordará con Xi otros asuntos como la guerra en Ucrania, y es previsible que comenten la visita a China que prevén hacer los reyes en noviembre en respuesta a la invitación que el año pasado hizo el presidente chino.

Europa se recuesta en Asia Central como alternativa a la guerra comercial de Trump

El escenario de conflicto que propone Trump pone en crisis a los aliados como la italiana Giorgia Meloni. Según la agencia oficial Ansa, la premier viajará el próximo 17 de abril para el primer encuentro oficial con Trump.

El objetivo de Meloni es convencer a "su amigo Trump"  que la mejor solución para todos es la fórmula "cero por cero", eliminando aranceles para evitar daños tanto a la Unión Europea como a Estados Unidos. De alguna manera, la estrategia habilitada por Macron y Von der Leyen es que Sanchez oficie de nexo con China y los asiáticos mientras Meloni hace lo propio con EEUU. 

Esta situación le genera a Meloni costos internos. Su vicepremier, Matteo Salvini, definió la declaración de Trump ("Los países alcanzados por aranceles se mueren por un acuerdo. Nos están llamando para besarme el culo") como "repugnante".

Salvini es dentro del gabinete de Meloni el mas nacionalista y cercano a Rusia. Meloni hace equilibrio este esa ala y la del canciller Antonio Tajani, que es más cercano al republicano y enfoca su desprecio a Macron. 

Giorgia Meloni, premier italiana.

AP