La Corte Suprema de Brasil escala en la pelea con Elon Musk. Ahora, el juez Alexandre de Moraes bloqueó cuentas de la empresa Starlink Holding ante la negativa del empresario multimillonario de presentar un representante legal de la red social X que se encargue de pagar las multas impuestas por la justicia.
La semana pasada, Moraes consideró la existencia de un "grupo económico de facto" bajo el mando de Musk y, el 18 de agosto, ordenó el bloqueo de todos los valores financieros de este grupo en Brasil para garantizar el pago de esas multas.
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La plataforma digital y Starlink son las dos empresas de Musk que operan en Brasil vendiendo servicios de internet satelital, principalmente en la región Norte luego de un acuerdo con Jair Bolsonaro en 2022.
Como adelantó LPO, el empresario rechazó el pedido de información sobre usuarios involucrados en las milicias digitales bolsonaristas que promovieron el intento de golpe contra Lula y decidió cerrar la oficina de X en Brasil en rechazo.
Desde entonces, Alexandre de Moraes comenzó a solicitar que el empresario designe un representante legal para responder oficialmente por las acciones de la plataforma y dio un ultimátum de 24 horas para que la red social vuelva a tener representante legal en el paÃs, bajo pena de suspensión del servicio.
"Estamos profundamente entristecidos por habernos visto obligados a tomar esta decisión. La responsabilidad recae exclusivamente en Alexandre de Moraes. Sus acciones son incompatibles con un gobierno democrático. El pueblo brasileño tiene que elegir: democracia o Alexandre de Moraes", dijo la compañÃa en un comunicado.
En el mismo post, X publicó una supuesta orden del ministro, diciendo que habÃa amenazado con multar y arrestar a la responsable de X en Brasil en ese momento, Rachel de Oliveira Villa Nova Conceição. El documento atribuido a Moraes incluÃa un extracto que decÃa: "Multa diaria de R$ 20.000,00 (veinte mil reales) a la administradora de la empresa, RACHEL DE OLIVEIRA VILLA NOVA CONCEição, ACUMULABLE A LA IMPUESTA A LA SOCIEDAD, además de DECRETO DE PRISIÓN para desobediencia a la determinación judicial".
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"A pesar de que nuestras numerosas apelaciones ante el Tribunal Supremo Federal no fueron escuchadas, que el público brasileño no fue informado sobre estas órdenes y que nuestro equipo brasileño no tenÃa responsabilidad ni control sobre el bloqueo de contenido en nuestra plataforma, Moraes decidió amenazar a nuestro equipo en Brasil en lugar de respetando la ley o el debido proceso legal", publicó la red social de Musk.
"Como resultado, para proteger la seguridad de nuestro equipo, hemos tomado la decisión de cerrar nuestras operaciones en Brasil, con efecto inmediato. El Servicio X continúa estando disponible para la población de Brasil", concluyó.
No es el primer roce entre la justicia brasileña y Musk. El magnate amigo de Bolsonaro y Trump fue incluido en la causa en abril de este año por haber impulsado una campaña de desinformación contra la Corte Suprema y el Tribunal Electoral y haber dado luz verde para que operen las "milicias digitales" del bolsonarismo en el intento de golpe.
En ese momento, Moraes fijó una multa de R$ 100.000 diarios para la plataforma y para cada perfil que incumpla las ordenes del Supremo Tribunal Federal (STF). En la resolución a la que accedió LPO, el ministro destacó que es "inaceptable" que cualquier representante de los proveedores de redes sociales "desconozca la instrumentalización criminal que han llevado a cabo las llamadas milicias digitales, en la difusión, propagación, organización y expansión de innumerables prácticas ilÃcitas en las redes sociales".
Ya existen antecedentes de decisiones judiciales en este sentido. Cuando el servicio de mensajerÃa Telegram no respondió a la Corte Suprema de Brasil en 2022, Moraes comenzó el proceso de prohibición del servicio en el paÃs.
WhatsApp también fue prohibido brevemente en Brasil en 2016 después de que no cumpliera con las órdenes judiciales de entregar los datos de los usuarios.
En efecto, esta pelea es utilizada por Musk para potenciar su posicionamiento geopolÃtico en favor de Donald Trump o Jair Bolsonaro y su supuesta defensa a las libertades contra los que avanzan en la regulación de contenidos, como ocurre con Brasil y Francia.
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