Lula comenzó el cambio de gabinete moviendo piezas entre los dirigentes aliados. El líder brasileño nombró a Gleisi Hoffmann como secretaria de Relaciones Institucionales en reemplazo de otro histórico como Alexander Padilha que pasó a encabezar el ministerio de Salud, cargo que ya ocupó con Dilma Rousseff. 

Gleisi es una de las figuras más representativas de un sector del PT que cuestiona a la gestión económica de Fernando Haddad y presiona para que Lula no ceda ante el Centrao.

 Su designación es un gesto a ese sector y al mismo tiempo una respuesta a los aliados del Congreso que no estaban de acuerdo con al forma que Padilha encaró la relación con los bloques. Justamente, la secretaría de Relaciones Institucionales tiene la tarea de nexo con el Parlamento. 

Los aliados de centro de Lula amenazan con dejar el gobierno por la mala imagen

Otra figura que está al caer es la de Guilherme Boulos, líder del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) que fue candidato a alcalde de San Pablo y podría ser nombrado como Secretario General de la Presidencia, otro lugar eminentemente político. 

El desembarco de Boulos generó ruido entre los aliados de centro y el mercado que teme que la llegada del líder de izquierda implique un giro radicalizado en medio de la crisis de imagen que aún no muestra indicios de recuperación. 

Gleisi es una de las figuras más representativas de un sector del PT que cuestiona a la gestión económica de Fernando Haddad y presiona para que Lula no ceda ante el Centrao.

Según la última encuesta de Atlas, Lula dejó de ser el líder político con mejor imagen para quedar atrás del gobernador de San Pablo, Tarcisio Gomes Da Freitas. El presidente suma 53 por ciento de desaprobación y por primera vez perdería con Bolsonaro. 

En el Centrao siguen esperando el gesto de Lula para sumarse pero empieza a reinar la impaciencia porque el plazo que de 45 días están cerca de cumplirse y aún no hay novedades.

Fuentes del gobierno aseguran a LPO que Lula hará el anuncio en breve pero que los tiempos lo maneja el y no se va a apurar porque el Centrao se ponga nervioso. "Ellos también necesitan a Lula", apuntan.

"No nos gusta", reconoció a este medio una fuente del mercado que plantea que esperan señales en sentido contrario.