Lula Da Silva acaba de confirmar a Flavio Dino como ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, tal como lo adelantó LPO en septiembre. El actual ministro de Justicia brasileño reemplazará a Rosa Weber que cumplió 75 años y debe dejar su cargo.
La jugada es un movimiento de piezas que opera a dos bandas. La primera tiene que ver con sumar aliados en lo que es no sólo la máxima instancia judicial sino el espacio principal de muchas definiciones vinculadas con las casas contra Jair Bolsonaro y sus aliados.
Dino fue gobernador de Marañao por dos periodos y Senador electo en las últimas elecciones como Senador, cargo por el que nunca asumió porque fue designado ministro de Justicia y Seguridad. Lula viene de nombrar a su abogado personal, Cristiano Zanin Martins, y con la llegada de Dino aumentar su poder de influencia.
Lula quiere nombrar a su ministro de Justicia como juez de la Corte Suprema
Pero la estrategia tiene otro destino que va más allá de la relación con el Poder Judicial y está relacionado con una eventual sucesión presidencial en 2026. Lula instaló a Flavio Dino como presidenciable antes de la confirmación de su propia candidatura en 2022 y sonó también como postulante en la elección que Fernando Haddad perdió con Bolsonaro en 2018.
En diciembre de 2021, el presidente se encargó de gestionar la aparición del nombre de Dino en una declaración de unidad de los presidenciables entre los que estaban Fernando Haddad y otros candidatos.
En ese sentido, dado el alto perfil de Flavio Dino se especula con que tanto él como Haddad o la que fuera candidata de centroderecha y actual ministra, Simone Tebet que será la reemplazante en el ministerio de Justicia.
El lÃder brasileño también nombró como Procurador General a Paulo Gonet, un hombre cercano a otro juez supremo, Gilmar Mendes, en otra señal de alineamiento.
Desde que asumió el gobierno, el presidente tuvo claro que para complementar su debilidad la única forma era potenciar el vÃnculo con el Congreso y la Corte, algo que hasta el momento logró pero no está exento de tensiones.
La anulación de eventuales liderazgos no es algo nuevo en Lula, que decidió en soledad todas las candidaturas del Partido de los Trabajadores y ahora especula con volver a presentarse en 2026 en un escenario que presenta a la oposición partido y a Bolsonaro inhabilitado y con la imagen por el piso.
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