
La última encuesta de la consultora Quaest ubica a Lula con el 46 por ciento de intención de voto para las próximas elecciones de 2026 en una eventual disputa con el gobernador de San Pablo, Tarcisio Gomez da Freitas.
Asimismo, el 55% de los entrevistados respondió que Lula ya no merece una oportunidad como presidente en 2026, mientras que el 42% piensa lo contrario. Entre los que votaron por el PT en la segunda vuelta de 2022, la mayorÃa cree que merece un nuevo mandato (74%) mientras que entre los votantes que optaron por Bolsonaro, el 93% está en contra de la idea.
La empresa encuestadora también preguntó a la gente quién serÃa mejor para enfrentar a Lula dado que Bolsonaro no puede postularse por estar inhabilitado hasta 2030. La favorita fue la ex primera dama Michelle Bolsonaro (28% del total de encuestados), seguido por TarcÃsio de Freitas (24%).
En un escenario más amplio, cuando Quaest presentó a los participantes de la encuesta una lista de nombres de izquierda y derecha y preguntó la posibilidad de votar por cada uno, el 47% dijo que votarÃa por Lula y el 49% dijo que no. TarcÃsio obtuvo un 28% y un 30%, respectivamente.
Por su parte, Bolsonaro apareció numéricamente a la cabeza con el mayor rechazo: el 54% de la gente dijo que no votarÃa por él y el 39% dijo que sÃ. Michelle registró el 50% y el 33%, respectivamente.
También fue puesto a prueba el nombre del ministro de Finanzas, Fernando Haddad, que reemplazó a Lula en la candidatura del PT en 2018. El 50% descartó votar por él, y otro 32% dijo que podrÃa elegirlo.
Lula se encargó de neutralizar muchos de los intentos de sucesión en el Partido de los Trabajadores. Uno de ellos es Flavio Dino, quien fue nombrado en la Corte Suprema de Justicia.
Otros gobernadores considerados posibles herederos electorales de Bolsonaro fueron Romeu Zema de Minas Gerais, Ratinho de Paraná y Ronaldo Caiado de Goias con 21%, 16% y 12%, respectivamente. Esto confirma la nula posibilidad de un candidato de derecha fuera del aval del bolsonarismo.
El estancamiento en la imagen de Lula volvió a movilizar a las bases movilizadas luego de casi un año entero de paralización. Por eso, en el gobierno buscan que la economÃa sea un factor de recuperación de apoyo junto con la necesidad de restablecer el diálogo con el Congreso.
A su vez, las miradas están puestas en las elecciones municipales que operarán como una suerte de termómetro para medir el estado de ánimo de la población con la gestión nacional. El desastre natural de RÃo Grande del Sur también ha sido motivo de consulta, ya que, un 54 por ciento apoya la gestión de Lula en la crisis a pesar de la campaña en redes sociales para responsabilizar al presidente y sus ministros de no haber previsto las inundaciones.
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