Brasil no tardó en responder a la imposición de aranceles de Donald Trump y anticipó que tomará medidas de reciprocidad. Si bien el 10 por ciento anunciado es bastante mas bajo que lo que se esperaba dada la nula relación entre los presidentes, Lula dijo en claro su oposición a la medida. 

El líder brasileño dijo en un evento oficial que "Brasil respeta a todos los países, desde los más pobres hasta los más ricos, pero exige reciprocidad" y remarcó que "el proteccionismo ya no tiene cabida en el mundo moderno".

"Ante la decisión de Estados Unidos de imponer un sobretasa a los productos brasileños, tomaremos todas las medidas adecuadas para defender a nuestras empresas y trabajadores brasileños", afirmó Lula en el evento "Brasil Cambiando las Cosas" organizado por el gobierno. 

El miércoles, el Congreso de Brasil aprobó por unanimidad un proyecto que otorga herramientas al Ejecutivo para responder a las barreras comerciales y fue bautizada como "ley de reciprocidad económica" que dota de herramientas al gobierno para considerar la adopción de contramedidas para responder a "acciones, políticas o prácticas unilaterales de un país o bloque económico que impacten negativamente la competitividad brasileña".

Lula responde a Trump y advierte que "si hay aranceles, habrá reciprocidad"

Las decisiones, como suspender concesiones comerciales, inversiones y obligaciones relacionadas a derechos de propiedad intelectual recaerían en la Cámara de Comercio Exterior, un órgano que depende de la Presidencia. 

Ante la decisión de Estados Unidos de imponer un sobretasa a los productos brasileños, tomaremos todas las medidas adecuadas para defender a nuestras empresas y trabajadores brasileños

Lula anticipó que aplicará esa ley y cumplirá con las directrices de la Organización Mundial del Comercio. "Brasil no saluda a ninguna bandera que no sea la verde y amarilla y responderemos a cualquier intento de proteccionismo que hoy ya no existe en el mundo", añadió. 

Días antes del anuncio, Lula afirmó, durante una visita a Vietnam, que no veía ningún problema en hablar con Trump para llegar a un acuerdo que evite aranceles entre los países. Ya se había anunciado la imposición de un impuesto del 25% a todos los automóviles fabricados fuera de Estados Unidos, además del aumento de los impuestos a las exportaciones de acero y aluminio de Brasil, también al 25%, desde el 12 de marzo. 

AP

La relación entre Trump y Lula es inexistente y cargada de tensiones por el vinculo personal del nortemaricano con Bolsonaro y Milei y porque su propuesta global es antagónica a la del brasileño.

Trump anticipó en enero que las tensiones con Brasil al otro día de la toma de posesión y dijo ante la consulta de la corresponsal de la cadena Globo que "la relación estará bien pero no nosotros no los necesitamos, ellos nos necesitan más a nosotros. Todos nos nos necesitan". Lula fue contundente en la respuesta, primero amenazado con reciprocidad y luego calificando de "bravucón que se cree dueño del mundo".

Lula trató a Trump de "bravucón" y dijo que "no fue electo para mandar al mundo"

El pasado 12 de marzo, Brasil recibió de mala manera la puesta en vigor de los aranceles de Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio.

En un comunicado publicado en ese momento, el gobierno de Lula sostuvo que "lamenta la decisión tomada por el gobierno de Estados Unidos de elevar al 25% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio estadounidenses de todos los países y cancelar todos los acuerdos actuales sobre cuotas de importación para esos productos".