Las encuestas en Brasil coinciden en que la ventaja entre Lula y Bolsonaro se está achicando. Si bien el líder del PT se ubica 12 puntos por encima del actual presidente, el escenario que se va consolidando es el de la segunda vuelta, algo que meses atrás muchos se animaban a descartar. 

 Lula aparece mejor entre quienes tienen ingresos de hasta un salario mínimo y reciben algún tipo de beneficio del gobierno federal y en el interior de Brasil. A su vez, la intención de voto del PT se observa con mayor fuerza  entre votantes que califican de mala o pésima la gestión del presidente Jair Bolsonaro (73%), los que tienen un ingreso familiar mensual de hasta 1 salario mínimo (54%) y los que viven en la región Nordeste (57%). 

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También en aquellos con educación primaria (52%), votantes en hogares donde alguien recibe beneficios del gobierno federal (52%) y Católicos (51%). En esta encuesta, Lula también se destaca en el interior de Brasil (45%),  en las capitales brasileñas (38%), en ciudades de hasta 50 mil habitantes (51%) y entre negros y pardos (47%).

Por su parte, Bolsonaro está mejor posicionado entre los hombres, evangélicos y entre los que ganan más de 5 salarios mínimos. Votantes que evalúan positivamente su actual gestión (81%); evangélicos (48%) y aquellos cuyo ingreso familiar mensual es superior a 5 salarios mínimos (47%). El Presidente también se destaca entre los que tienen educación secundaria (37%) y superior (34%), en comparación con los menos educados (25%); mientras que entre los que viven en las capitales tiene un 36% y en la periferia cae al 25%. 

Las terceras opciones crecen cuando electorado se convence de que habrá segunda vuelta. Tenemos que lograr que los votantes de Ciro o Simone Tebet siguen pensando que el asunto puede resolverse en el primer turno

En este contexto, ambas campañas se concentrarán en los puntos flojos. En el caso de Lula, insistirá con la idea del voto útil que le permita ganar en primera vuelta. "Las terceras opciones crecen cuando electorado se convence de que habrá segunda vuelta. Tenemos que lograr que los votantes de Ciro o Simone Tebet siguen pensando que el asunto puede resolverse en el primer turno", explica una fuente de la campaña de Lula a LPO.

AP

A su vez, aclaran que la moderación observada en el debate no forma parte de una estrategia sino de un decisión de Lula de esquivar algunos temas donde considera que puede perjudicarlo y una idea fuerte marcada por mostrarse garante de la unidad nacional y la reconciliación. 

Bolsonaro decidió concentrarse en el voto de las mujeres. El maltrato que ejerció con la periodista Vera Magallaes le hizo perder terreno en un electorado generalmente esquivo. Por eso, buscará mostrarse con sus candidatas al Senado y se rodeará de mujeres en una caravana de motos. 

Ella (Michelle) encarna a la mujer cristiana modelo. Ropa sobria, sumisa a su marido, discurso repleto de versos y un dato curioso: una mujer "dulce" con un marido "violento

Pero la jugada más fuerte del jefe de estado incluye a la primera dama, como anticipó LPO hace dos semanas. Michelle Bolsonaro buscará acercar a las mujeres evangélicas pobres que hoy votan por Lula. Una fuente que conoce el universo evangélico explicó a LPO que "ella encarna a la mujer cristiana modelo. Ropa sobria, sumisa a su marido, discurso repleto de versos y un dato curioso: una mujer "dulce" con un marido "violento". 

"Muchas mujeres evangélicas viven esta realidad, de marido grueso, machista, etc. y Michelle les transmite la idea de que deben seguir "por la familia" y que "la mujer sabia construye la casa". Sería una especie de "ideal evangélico", que se mete con un imaginario cristiano del modelo femenino", agrega.

Michelle Bolsonaro nación en Ceilandia, una región administrativa de Brasilia. Es hija de Maria das Graças Firmo Ferreira y de Vicente de Paulo Reinaldo, miembro de la Iglesia Adventista. La Primera Dama es intérprete en lenguaje de señas y formó parte del Ministerio de Sordos de la Iglesia Bautista Actitud, en  Barra da Tijuca. Antes, integro  la Asamblea de Dios Victoria en Cristo, del pastor bolsonarista Silas Malafaia, uno de los más entusiastas dirigentes religiosos que tiene el oficialismo en las redes sociales.