Los partidos polÃtico chilenos debaten alianzas para las elecciones a consejeros constitucionales que se realizaran el 7 de mayo donde se elegirán 50 integrantes del Consejo Constitucional, organismo encargado de redactar una propuesta de nueva Constitución en el marco del proceso constituyente iniciado en 2020.
Será, además, la primera elección chilena con voto obligatorio luego que se restableciera dicha situación mediante una reforma constitucional aprobada en diciembre de 2022.
En este contexto, los partidos de la ex Concertación aliados del presiente Gabriel Boric discuten una posible unidad. Como anticipó LPO, la derrota en el plebiscito de salida de septiembre del año pasado obligó a Boric a recostarse sobre los viejos partidos progresistas, a quienes sumó al gabinete e incorporó a la mesa chica de discusión polÃtica.
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Sin embargo, las fuerzas aliada de Boric cuentan con el consenso suficiente para ir juntos a la elección. Por eso, desde el Partido Socialista apelaron a una carta que imaginaron que serÃa una bala de plata: la candidatura de Michel Bachelet. La ex presidenta de Chile se volvió de consulta permanente de Boric y jugó un papel protagónico tanto en la segunda vuelta contra José Antonio Kast como en el apoyo a la reforma constitucional.
El académico de la Universidad Adolfo Ibañez, Cristina Bellolio, dijo a LPO que "Boric pasa por un momento muy complejo en términos de aprobación y están los últimos meses muy identificados con el indulto a las personas que participaron de los desmanes de las protestas de 2020. Acordar con esa izquierda es ponerse un salvavidas de plomo". "Ellos (los ex Concertación) quieren emanciparse ante las acciones en baja del Gobierno", agregó.
Bachelet propuso encabezar una lista unidad que incluya a la amplia gama de la socialdemocracia chilena compuesta por el socialismo, la Democracia Cristiana, Partido Radical, Partido Por la Democracia junto con el Partido Comunista o Frente Amplio, del espacio de Boric. Pero a lo que parecÃa un acuerdo cerrado le apareció un detractor inesperado, el ex presidente Ricardo Lagos.
Fuentes cercanas a la negociación consultadas por LPO aseguran que la intervención de Bachelet revivió la pugna entre apruebo y el rechazo y podrÃa convertirse en un nuevo plebiscito para Boric, cuya imagen está en franco descenso.
En el socialismo democrático dicen que las fuerzas del progresismo, por más cercanÃa o alianza que tengan con el gobierno, necesitan correrse de esa dicotomÃa y volver a enamorar a buena parte de los electores que quiere una nueva Constitución pero rechazaron el trabajo de la Convención Constitucional.
Justamente, el ex presidente Lagos fue muy crÃtico del proceso de redacción de la Carta Magna y, sin anunciar su voto, fue uno de los referentes que tomó distancia pidió una Constitución que logre más consenso.
Boric sufrió una durÃsima derrota en el Senado y se acentúa su debilidad polÃtica
Esto, ya que la expresidenta fue uno de los rostros del apruebo en el proceso constituyente anterior, que marcó una dura derrota para el Gobierno, y de cuya mirada ideológica busca desmarcarse parte importante del Socialismo Democrático. Lagos argumentó que para que el gobierno tenga "más fuerza" debe existir una "expresión fuerte y solidaria del Socialismo Democrático".
Bellolio explica que Bachelet "es la sÃntesis de las dos culturas (Concertación y Apruebo Dignidad de Boric). Ella forma parte de la gran familia concertacionistas y a la vez, sus hijos polÃticos son los que paren el Frente Amplio. Ella se siente entre esas dos tierras, tiene funcionarias claves como Carolina Tohá (Interior) y Ana Lea Uriarte (Secretaria General) en el Gobierno, es normal que quiera la unidad. Pero si yo fuera del PS o el PPD, estarÃa pensando que ir juntos es hambre para mañana".
"Para el FA, el comunismo y todo el oficialismo, la necesidad tiene cara de hereje. Ellos basurearon a la ex Concertación, hoy los necesitan para ser un papel digno en las elecciones que están marcadas por la extensión territorial y la falta de tiempo. Ganan los que están instalados, no una feminista de 23 años sino un tipo de 60 que ya fue Senador y ministro tres veces", apuntó el académico chileno.
Con este mapa, el oficialismo irÃa separado y con graves riesgos de perder representación y fuerza para imponer aspectos sensibles de la nueva constitución. Boric se limitó a decir que espera una decisión que esté "a la altura" pero aclaró que es una decisión de cada partido.
La división del oficialismo puede darle mayor espacio a las fuerzas de derecha que vienen fortalecidas por la victoria del No y apuestan a evitar muchos de los cambios estructurales impulsados por el Gobierno y sus aliados.
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