El director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, fue detenido en Francia como parte de una investigación por delitos fraude, tráfico de drogas, acoso cibernético, crimen organizado y promoción de terrorismo.
Durov es sospechoso de no tomar acciones para impedir el uso de la plataforma con fines criminales y por eso deberá declarar ante un tribunal francés.
"Pedimos inmediatamente a las autoridades francesas que explicaran las razones de esta detención y exigimos que se protegieran sus derechos y se concediera acceso consular. Hasta ahora, la parte francesa se niega a cooperar en esta cuestión", dijo la embajada de Rusia en París en un comunicado difundido luego que el gobierno de Putin pidiera "sin éxito" la colaboración de Macron.
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En ese sentido, la ministra de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, informó que Moscú había pedido un acceso consular a Durov, pero que como tiene también la nacionalidad francesa, "Francia considera que es su nacionalidad principal".
Este lunes, Macron escribió en X que Francia "está profundamente comprometida con la libertad de expresión pero que las libertades se basan en un marco legal, tanto en las redes sociales como en la vida real, para proteger a los ciudadanos y respetar sus derechos fundamentales". Las autoridades francesas tienen hasta el miércoles para decidir si acusarán a Durov de algún delito.
Por su parte, el dueño de X Elon Musk salió a defender a Durov y escribió #FreePavel e ironizó con el lema francés de "Libertad, Igualdad y Fraternidad". Desde la aparición del primer tuit en referencia al arresto, Musk compartió en su cuenta varios fragmentos de entrevistas -tanto suyas como de Durov- en las que defienden la libertad de expresión y argumentan en contra de las prácticas de moderación, emparentándolas con la censura.
En uno de ellos el CEO de Telegram dice: "Estamos encantados con el hecho de que Musk haya comprado a Twitter". "Creo que deberíamos estar sumamente preocupados por cualquier cosa que socave la Primera Enmienda (de la Constitución de Estados Unidos). La gente venía de países donde no podían hablar libremente, donde decir ciertas cosas te podía llevar a la cárcel", dice en otro reportaje compartido por Musk.
Es evidente que el multimillonario dueño del ex Twitter quiere sumar este caso en su ofensiva contra los que propone regular los contenidos en las redes sociales, entre ellos, Brasil, Reino Unido y la Unión Europea.
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Como reveló LPO, la Corte de Brasil exigió a Musk información sobre cuentas vinculadas al intento de golpe contra Lula y en rechazo decidió cerrar su sede y denunciar al juez, Alexandre De Moraes.
Musk también apuntó contra Mark Zuckerberg y dijo: "Porque (el CEO de Meta) ya cedió a la presión de la censura. Instagram tiene un problema masivo de explotación infantil, pero no hay arresto para 'Zuck', ya que censura la libertad de expresión y da a los gobiernos acceso por la puerta trasera a los datos de los usuarios".
Zuckerberg controla Meta, Instagram y Whatsapp (este último especial interesado en el cierre de Telegram) y había sido desafiado por Musk a batirse a duelo en el Coliseo Romano.
Durov había sido presionado por el gobierno ruso porque su plataforma es una de las vías de comunicación del ejército ucraniano pero también de grupos terroristas como Hamas e ISIS.
Esta detención abre un debate legal y cultural sobre si las empresas de redes sociales pueden o deben ser consideradas responsables de lo que publican sus usuarios que choca con las posturas más absolutas de defensa de la libertad de expresión como la que defienden Musk.
Bajo este argumento no condenan el rol de las milicias digitales bolsonaristas en el intento de golpe contra Lula o la difusión de noticias falsas en Reino Unido que desató una ola odio contra los musulmanes.
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Telegram argumenta que cumple con las leyes de todos los países en los que opera pero algunos expertos en ciberseguridad han argumentado que tanto su director ejecutivo como su logística interna la hacen mucho menos útil en las investigaciones criminales que otras plataformas.
Por eso, Durov puso la sede de la aplicación en Dubái y elogió la "neutralidad" de esta ciudad. "A la gente le encanta la independencia. También les encanta la privacidad, la libertad, (hay) muchas razones por las que alguien se pasaría a Telegram", sostuvo en una entrevista con el ultraconservador Tucker Carlson.
Al tener su sede en Emiratos Árabes Unidos, Telegram se protegió de las leyes de moderación, en un contexto de presión por parte de los países occidentales a las grandes plataformas para que retiren contenidos ilegales.
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