La Corte Penal Internacional solicitó este lunes la detención del primer ministro israelà Benjamin Netanyahu y del lÃder de Hamas, Yahya Sinwar, entre otros cargos de Israel y de la organización terrorista palestina, en un intento por meter presión ante la escalada en la zona de Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Hace menos de un mes, Netanyahu habÃa considerado las órdenes de arresto contra él y otros funcionarios de su gobierno, una posibilidad que ya estaba sobre la mesa, como un "crimen de odio antisemita".
El jefe de los fiscales de la CPI, Karim Khan, dijo que tanto Netanyahu como Sinwar, asà como el titular de Defensa israelÃ, Yoav Gallant, el comandante militar de Hamas, Mohammed Diab Ibrahim al Masri, y el jefe polÃtico de la organización, Ismail Haniyeh, podrÃan haber cometido crÃmenes de guerra y de lesa humanidad. De esta forma, Khan equiparó las responsabilidades en los ataques de Hamas del 7 de octubre con la posterior operación militar israelà sobre Gaza, lo que deja a las partes sin el argumento de una supuesta parcialidad.
Netanyahu pone una frágil pausa en la escalada con Irán y se concentra en atacar a Hamas en Gaza
El abogado escocés, que en el pasado investigó las violaciones a los derechos humanos en la Venezuela chavista y la deportación de menores ucranianos a Rusia tras la invasión de febrero de 2022 -incluso pidió una orden de arresto contra Vladimir Putin-, acusó a Netanyahu de privar "sistemáticamente" a los palestinos de Gaza de "objetos indispensables para la supervivencia". "El hecho de que los combatientes de Hamas necesiten agua no justifica negarle agua a toda la población civil", le dijo a la periodista Christiane Amanpour de la CNN.
Quizás por primera vez, Israel y Hamas coincidieron en condenar la decisión de Khan. La organización islamista dijo que las órdenes de la CPI eran un intento por equiparar a vÃctimas con agresores, mientras que Netanyahu, la dirigencia israelà en general y los aliados de Israel apuntaron algo similar, en sentido contrario: no es lo mismo un lÃder polÃtico electo de un paÃs reconocido que el cabecilla de un grupo terrorista.
Netanyahu ya comenzó a moverse para que la administración Biden imponga sanciones a la CPI y en el Capitolio hay referentes bipartidistas que ya hablan de negarle el ingreso a Khan y su familia a Estados Unidos. "No hay equivalencia alguna entre Israel y Hamas. Siempre apoyaremos a Israel contra las amenazas a su seguridad", dijo el presidente estadounidense. Pero es poco probable que la Casa Blanca tome represalias contra el fiscal británico y el equipo de investigadores de la Corte.
En 2021, Biden levantó las sanciones que Donald Trump habÃa aplicado a la antecesora de Khan, Fatou Bensouda, en venganza por las investigaciones en Afganistán y los territorios palestinos ocupados, que ponÃan en una posición incómoda a estadounidenses e israelÃes por igual. El acercamiento de la administración demócrata a la CPI, uno de los primeros gestos de ruptura con el magnate republicano, era un guiño dirigido a sus aliados europeos y no a la Corte misma y sus funcionarios.
La presión sobre Biden llegan a poco más de un mes para el primer debate con Trump, un férreo defensor de Israel. Sin embargo, los dos hicieron públicas sus diferencias -y en particular le marcaron lÃmites- con Netanyahu. Después de siete meses de una ofensiva total en Gaza y más de 35 mil muertos, Washington pidió moderación a su aliado histórico en Medio Oriente, si bien Biden acaba de aprobar un nuevo envÃo de tanques y morteros por más de mil millones de dólares a Israel.
La medida de Khan no tendrá efectos reales, es decir, Netanyahu podrá moverse con relativa libertad por el mundo, aunque no esté en sus planes inmediatos, porque la sentencia no está firme y sus aliados tienen tiempo para ejercer presión a la Corte. Pero es un golpe a la imagen pública de Israel, acusado de exterminio, inanición como arma de guerra y ataque deliberado a los civiles en Gaza.
Hamas tampoco sale indemne de las pruebas presentadas por Khan: exterminio, asesinato, toma de rehenes, violaciones y agresión sexual de las y los secuestrados, todos hechos relativizados por los más acérrimos detractores de Israel. Pero la decisión de la CPI no es más que un intento por frenar la incursión en Rafah, incluso cuando Netanyahu no pudo acabar con la cúpula de Hamas y sus aliados ya se muestran incómodos con el nivel de devastación en la Franja.
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