
El perfil de Elon Musk en el gobierno de Donald Trump está conspirando contra sus propios negocios. El magnate, dueño de Tesla y funcionario estrella del segundo mandato trumpista está comprometido no sólo con el ajuste estatal del DOGE sino con la construcción polÃtica y de alianzas.
Este obsesivo apoyo de Musk a los lÃderes de la ultraderecha global llevó a Trump a comprometerse con candidatos que fueron derrotados. Eso ocurrió con Alternativa por Alemania que contó con la participación especial de Musk pero se quedó sin posibilidad de formar gobierno.
Musk acercó a los gigantes globales como Meta, Amazon y Google que fueron aliados de Joe Biden al inicio de la gestión Demócrata y hoy son parte fundamental de esta nueva etapa. Sin embargo, la centralidad de Musk ya es un problema dentro del Gabinete porque el resto de los funcionarios consideran que excede sus funciones especÃficas.
Pero el giro de exitoso empresario a militante global de la ultraderecha le está costando caro al dueño de Twitter. Su nave insignia registró una importante caÃda de 9 por ciento en las acciones en la bolsa de Nueva York la semana pasada y esto se debe principalmente a la caÃda de las ventas en Europa, epicentro de las protestas.
Tesla vendió menos de 10.000 unidades en Europa el mes pasado, un 45% menos que el año anterior. En Europa tuvo su pico máximo de 75,4 por ciento en España y un 48 por ciento en Noruega durante los dos primeros meses del año.
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En este marco, el desplome bursátil de Tesla es lo que más afectó la riqueza de Musk. Con un patrimonio actual estimado de 314.000 millones de dólares, Musk sigue liderando el Ãndice de billonarios de la agencia Bloomberg pero hace dos meses gozaba de una fortuna de 449.000 millones de dólares, es decir, unos 135.000 millones de pérdida.
La capitalización bursátil de Tesla se ha reducido a más de la mitad desde que alcanzó un máximo histórico de 1,5 billones de dólares el pasado 17 de diciembre. El valor de la acción es un 40 por ciento menor a cuando Donald Trump volvió a la Casa Blanca y está 14 puntos por debajo del dÃa después de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.
Otro elemento de crisis es la incertidumbre que genera la imposición de nuevos aranceles. En ese contexto, además de arrebatarle el puesto como el mayor productor de vehÃculos eléctricos del mundo, el emergente gigante chino BYD le ganó terreno en medio de la guerra comercial. La participación del mercado de Tesla en el segmento de vehÃculos eléctricos solo con baterÃa de China cayó al 10,4% el año pasado.
La delicada situación hizo que Musk lo obligara a Trump a posar con un Tesla en el jardÃn de la Casa Blanca y hacer lobby para que la gente compre uno de sus autos. Según el periodista de The Atlantic, Charlie Warzel, "este tipo de comportamientos fue un intento forzado y corrupto de jugo de las acciones de un amigo, y ciertamente bajo la oficina de la presidencia. Pero no deberÃas pasar por alto lo embarazoso que fue el espectáculo para Musk".
"Rara vez lo he visto aparecer tan derrotado como últimamente. DOGE ha producido pocas victorias concretas para la administración Trump y en su lugar se ha alejado de muchos estadounidenses que ven a Musk como presidir una operación cruel que está despidiendo y contratando a gente y quitándose beneficios", continuó Warzel.
Que Musk se haya convertido en el vocero de la ultraderecha global se volvió el principal obstáculo de sus intereses económicos. Esto se ha expresado en protestas, cancelación de contratos y boicots de activistas en diferentes partes del mundo.
En ese sentido, una encuesta muestra que el 60 % de los compradores de coches dudan debido a la reputación de Musk que ha sido un ejemplo de éxito en materia de innovación y en defensa del desarrollo sostenibles, la agenda verde y energÃa renovables, valores que hoy forman parte de la agenda woke que combate desde la Casa Blanca.
Musk se está alejando de eso para usar otras de sus empresas, X, como caja de resonancia de la defensa de la ultraderecha, la confrontación, la ultrapolarizaición y la potenciación de los discursos racistas, xenófobos y supremacista blanco en nombre de la libertad de expresión.
Esto lo metió en una pelea frontal con Europa, Australia y Brasil que decidieron ponerle lÃmites a los contenidos y las noticias falsas para impulsar regulaciones y fuertes sanciones, como publicó LPO.
Como un recipiente de todo eso, Musk llegó a compartir un tuit en el que sugerÃa que el multimillonario mexicano Carlos Slim podrÃa tener vÃnculos con grupos criminales. Slim respondió cancelando todas las colaboraciones comerciales con Starlink en Latinoamérica, lo que le costó a Musk más de 7 mil millones de dólares.
Slim fue un paso más allá al anunciar que trasladarÃa su inversión prevista de 22 mil millones de dólares con Starlink durante los próximos cinco años a empresas chinas y europeas. Además del golpe financiero, Musk perdió a su socio comercial clave en 25 paÃses.
Los negocios de Musk con México son importantes pero ahora todas sus inversiones son parte de un botÃn de guerra entre los dos gobiernos en medio de la guerra de aranceles. LPO reveló que Musk tiene un contrato por algo más de 120 millones de dólares para ofrecer internet satelital a través de Starlink. Lo ganó en 2023 y caduca el año que viene pero su renovación empieza a estar en duda.
Como adelantó LPO, la encuestadora brasileña Atlas Intel ubica a Musk como el gabinete peor valorado con un 54 por ciento de rechazo. Una caÃda de 5 puntos que muestra que el costo para el empresario no solo económico sino también polÃtico.
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