El Gobierno sigue de cerca el acercamiento entre Estados Unidos y Venezuela. Como publicó LPO en exclusiva, el chavismo viene tejiendo un acercamiento a Washington basado en el comienzo de una negociación con el Fondo Monetario Internacional que le permitirÃa a Maduro resolver problemas de liquidez y, especialmente, ordenar la relación con buena parte de la comunidad internacional que no lo reconocen desde 2018.
Biden, presionado por los tenedores de deuda venezolana y obligado por las circunstancias, apeló nuevamente a la compra de petróleo venezolano para ordenar un mercado que se descalabra por las sanciones impuestas a Rusia.
Como anticipó LPO, el Departamento de Estado habÃa autorizado la presencia de Chevron hasta junio de este año en un gesto de distensión al régimen de Maduro. Es justamente la petrolera norteamericana la que saldrÃa favorecida de este nuevo entendimiento.
En este contexto, el gobierno de Alberto Fernández busca normalizar las relaciones con el paÃs sudamericano y elevar la representación diplomática que hoy está sostenida en la figura de encargado de negocios, Eduardo Porretti, para volver a la figura de embajador. El último en ocupar ese cargo habÃa sido Carlos Cheppi, entre 2011 y 2015.
Fuentes diplomáticas reconocen que el movimiento de la Casa Blanca fue acordado con Estados Unidos pero se escuden con el argumento que el nuevo embajador será Oscar Laborde, cercano a Edgardo De Petris y Cristina Kirchner que viene de ocupar la vicepresidencia del Parlasur. Además, fue integrante el Partido Comunista y distante el gobierno de Cristina ostentó el cargo de embajador plenipotenciario y se encargada de organizar las "Cumbres Sociales del Mercosur", en donde se reunÃa la militancia K junto a los partidos polÃticos del resto de los paÃses del bloque una semana antes de las reuniones presidenciales.
"No estamos mandando un diplomático de carrera o uno que exprese los sectores más conservadores de la coalición gobernante, sino uno que estuvo en el 2005 en el "No Al ALCA" contra Bush", argumentan como para mesurar el alineamiento con Biden.
En este sentido, las fuentes consultadas relativizan la idea de que Estados Unidos marca los tiempos y lo explican bajo la idea que "EEUU se acerca a la posición de Grupo de Contacto en vez de Grupo de Lima: acercarse para persuadir y condicionar y no alejarse para presionar y radicalizarse".
A su vez, remarcan que la jugada del gobierno norteamericano deja en offside al secretario general de la OEA, Luis Almagro, que esta semana tiene previsto sacar una declaración contra Maduro. "Biden termina por necesidad acordando con Maduro. Tan malo no era entonces. ¿Por qué no negociaron con Guaidó?", ironiza otra fuente que ve con buenos ojos la normalización de los vÃnculos con Caracas.
Otro cálculo que hacen en el albertismo es que este nuevo contexto, no sólo refuerza la postura del oficialismo en lo que respecta al situación venezolana sino también que le sube las acciones a Alberto como presidente de la Celac. "Esto deberÃa ayudar a calmar los ánimos en la región", plantean.
Maduro confirma reunión con enviados de Biden y anuncia la vuelta al diálogo con la oposición
El Gobierno viene teniendo una posición dura contra Venezuela en la ONU respecto en la violación a los derechos humanos pero suele distanciarse de las condenas en la OEA, especialmente por las irreconciliables diferencias con Almagro y las propias internas del oficialismo en la polÃtica exterior.
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El que lleva y trae. Esperando una buena propina.
Como se cayo del mapa.
Con juego propio solo van quedando Mexico y Brasil.