
De todos los frentes abiertos que lanzó Donald Trump desde que llegó a la presidencia la de Canadá es la más sorprendente. El grado de agresividad del jefe de estado parece desproporcionada si se compara con aquellos temas que puedan generar ruido con Washington.
Trump dice que Canadá no se compromete lo suficiente con la lucha contra el fentanilo pero es un paÃs sin carteles de droga y lo obligó a movilizar las tropas a la frontera sin un flujo migratorio importante.
En medio de esto, el lÃder republicano provoca constantemente con la intención de anexar el paÃs y tratarlo como una provincia más de Estados Unidos que reforzó el nacionalismo canadiense como nunca antes. Trump amenaza con borrar la frontera de 1908 y y hacer todo Estados Unidos hasta Alaska, una idea que a todas luces parece una locura inaplicable.
Tal es el nivel de maltrato que Trump invitó a los gobernadores de Estados Unidos a recorrer su mansión de Palma Beach y quiso sumar a Justin Trudeau como uno más, en una decisión que cayó muy mal en Canadá.
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Toda esta narrativa encendida se produce en plena campaña electoral que convocará a los canadiense a elegir nuevo primer ministro el próximo 23 de marzo. Los comicios fueron adelantados en medio de un crisis polÃtica pero todo este contexto de confrontación está ayudando al Partido Liberal del primer ministro.
En ese marco, LPO consultó al Coordinador del Programa de PolÃtica Internacional del Laboratorio de PolÃticas Públicas, Gabriel Puricelli, quien explicó que "es imposible discernir qué interés nacional estadounidense está detrás de la guerra comercial con Canadá. No queda sino atribuirlo a una iniciativa de guerra cultural. Para el nacionalismo blanco estadounidense Canadá es sinónimo de "woke" por su abrazo del multiculturalismo, la salud pública socializada, la aconfesionalidad del estado. Como con otras extremas derechas, la ideologÃa se autonomiza parcial, aleatoria y contradictoriamente de los intereses".
Para Puricelli esta crisis juega a favor del gobierno canadiense de cara a las elecciones y sostiene que "los liberales se han recuperado (aunque no han pasado al frente). Esto se debe a una combinación de factores. Primero, una reversión de la tendencia a la baja cuando Trudeau anunció que él no iba a ser candidato. Segundo, un fuerte impulso al alza cuando apareció la preocupación por la relación con EE.UU. como unos de los temas de mayor preocupación para los votantes".
En ese sentido, remarcó que "de todos los temas "top of mind", este es el único que favorece claramente a los liberales. Todos los demás son económicos (inflación, costo de vida, costo de la vivienda, etc.). Al consolidarse Mark Carney como candidato liberal más probable, empieza a jugar la cuestión del carácter: el ex-Presidente del Bank of Canada es percibido como alguien que puede negociar desde una posición firme con Trump. Aunque el conservador Pierre Poilievre también comparte esto, la mayorÃa de los encuestados considera que él serÃa el primero en rendirse a Trump y que es un lÃder que puede causar divisiones entre los canadienses en momentos en que emerge la unidad nacional ante la agresión trumpista como un valor".
"Lo que catapultó a Poilievre fue su crÃtica a la gestión de Trudeau de la pandemia por las restricciones. Esto mismo es lo que puede hundirlo ahora: se parece demasiado a Trump. La demanda de trumpismo en Canadá, que movilizaba a una minorÃa intensa del electorado, se esfumó de un dÃa para el otro", detalló.
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El especialista sostiene que "Trudeau está manejando la situación con mucha firmeza y ha alineado a toda la clase polÃtica canadiense. El resurgir de un nacionalismo más propio de la era de su padre ha sido súbito y fortÃsimo. Siguiendo la lÃnea de Trudeau, primeros ministros provinciales muy escorados a la derecha, como los de Ontario y Quebec, han retirado todos los productos alcohólicos de origen estadounidense de las tiendas de los respectivos monopolios estatales de bebidas".
"La gestión de crisis de Trudeau está ayudando mucho a su partido y los repetidos retrocesos de Trump posponiendo la fecha de entrada en vigor de los aranceles refuerzan la impresión de que la firmeza está pagando", añadió.
El escenario de base, sostiene Puricelli en relación a las elecciones, "es un primer ministro conservador a la cabeza de un gobierno minoritario que va a tener que hacer frente a Trump y va a tener que moderar su agenda doméstica de derecha para mantener a la opinión pública unida. Poilievre va a tener que enfrentar a Trump por interés nacional y en contra de sus simpatÃas ideológicas".
"Un lÃder vulnerable y destinado a durar poco, salvo que Trump haga un giro de 180 grados, en cuyo caso puede terminar siendo un lÃder duradero que pueda aplicar una agenda bastante radical de derecha. El segundo escenario más probable es un lÃder liberal también minoritario en el parlamento que se fortalece a medida que el conflicto con Trump persiste, que anticipa elecciones para hacerse de mayorÃa y restaura a los liberal como partido natural de gobierno", sentenció.
Por último, Gabriel Puricelli, dijo que la anexión de Canadá por parte de Estados Unidos "es impracticable. Alimenta el nacionalismo canadiense que favorece a los liberales y probablemente también al Bloque Quebequense en Quebec".
El contexto es de todas formas es delicado porque Canadá dio señales de distensión desde el principio con anuncios como la clasificación de siete cárteles del narcotráfico como terroristas, incluidos grupos mexicanos, en el marco de su objetivo de frenar el tráfico de fentanilo a Estados Unidos. Sin embargo, las provocaciones de Estados Unidos no cesan.
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