
El líder de la ultraderecha de Austria, Herbert Kickl, sigue negociando lograr los apoyos que lo depositen como primer ministro.
En septiembre, la extrema derecha austriaca logró una victoria histórica en las elecciones legislativas al obtener casi un 30 por ciento de los votos. El Partido de la Libertad (FPÖ) logró un 28,8 en un crecimiento de 13 puntos en relación a los comicios de 2019.
De todas formas, la cantidad de bancas no le alcanza para alcanzar la mayoría de gobierno y por eso siguen negociando.
Uno de los ejes de campaña de FPO fue la migración y se esperan políticas estrictas de cierre de frontera. La teoría que sostiene a Kickl para diseñar su política migratoria es de "emigración de retorno" que está estrechamente vinculado a la conspiración de extrema derecha del "Gran Reemplazo", que postula que la civilización occidental está amenazada por un declive irreversible debido al descenso de la natalidad y a la llegada de inmigrantes de Oriente Próximo y el norte de África.
La ultraderecha gana las elecciones en Austria y genera un terremoto político
Hay un manifiesto de este partido de ultraderecha que se titular "homogeneidad" en que cuestiona el multiculturalismo y pide la aparición de una "unidad ideal y emocional". "La población del Estado está siendo sustituida gradualmente por una inmigración masiva permanente ", reza el manifiesto.
El objeto de esta idea de "remigración" se basa en deportaciones forzosas de personas, incluidos solicitantes de asilo, inmigrantes con permisos de residencia de larga duración, inmigrantes nacionalizados y, en la interpretación más radical del término, sus descendientes nacidos y criados en Europa.
Se trata de una estrategia organizada de arriba abajo para alterar la composición demográfica de un país que algunos especialistas la han calificado como una limpieza étnica.
La "emigración de retorno" ha sido parte del ideario de grupos supremacistas blancos, naturistas y grupos radicales marginales pero al caer de las crisis de representación política y el auge de los grupos conservadores se convirtió en un eje de campaña de la ultraderecha.
El sitio Euronews publicó que en 2024 la revista de investigación 'Correctiv' reveló que miembros del partido neonanzi Alternativa para Alemania (AfD) participaron de una reunión secreta en la que Martin Sellner, líder del Movimiento Identitario de Austria, presentó un plan extremo de "emigración de retorno" para llevar a cabo expulsiones masivas en Alemania.
El proyecto de Sellner se centraba en tres categorías de personas (solicitantes de asilo, extranjeros con derecho de residencia y ciudadanos alemanes "no asimilados") y proponía deportaciones a un "Estado modelo" en algún lugar del norte de África, con espacio para hasta dos millones de personas.
Según 'Correctiv', la presentación de Sellner no suscitó "ninguna objeción" entre los asistentes, que se mostraron preocupados por la viabilidad del plan. La revelación desencadenó una furiosa reacción en toda Alemania y protestas callejeras a las que asistieron decenas de miles de personas. Incluso la AfD trató de distanciarse de la reunión, afirmando que los miembros del partido habían asistido a título personal.
La indignación pública y los titulares perjudiciales, sin embargo, no relegaron la "remigración" al olvido político. El FPÖ (Austria), Vox (España) y Reconquista (Francia) son algunos de los que promueven el concepto. La AfD lo ha mantenido, con aclaraciones, antes de las elecciones anticipadas en Alemania. En Estados Unidos, Donald Trump utilizó brevemente el término durante su campaña presidencial de 2024.
En este caso, la visión de la "remigración" del FPÖ de Austria no incluye las expulsiones generalizadas expuestas por Sellner pero contiene varios elementos que, de aplicarse, permitirían a las autoridades centrarse en las personas de origen inmigrante de forma sistemática.
El manifiesto propone la expulsión acelerada de los solicitantes de asilo cuyas solicitudes hayan sido denegadas o hayan dejado de ser válidas, incluidos los "refugiados económicos", y que hayan llegado a Austria a través de terceros países seguros . Dado que Austria es un país sin salida al mar rodeado de naciones pacíficas y desarrolladas, esto significaría que se rechazaría la solicitud de toda persona que cruzara irregularmente la frontera terrestre.
Además, Viena denegaría la ayuda al desarrollo a los países que rechacen las repatriaciones y crearía un "tribunal de vía rápida" para tramitar los recursos y peticiones. Además, ampliaría la lista de delitos penales que pueden dar lugar a la revocación del estatuto de refugiado y crearía "cárceles extraterritoriales" a las que serían trasladados los delincuentes condenados.
Los migrantes de Siria y Afganistán son el grueso de los solicitantes de asilo en Austria y serían las principales prioridades del programa.
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