Venezuela lleva más de 20 años con una lógica de confrontación que divide al paÃs entre chavismo y antichavismo. En la primera etapa, con Hugo Chavez vida, la oposición nunca logró encontrar la estrategia más efectiva para derrotar un liderazgo con altos niveles de apoyos.
Con su muerte, el escenario cambió. Maduro ganó por estrecho margen en 2013 y luego la oposición vapuleó al chavismo y se quedó con la mayorÃa en la Asamblea Nacional en 2015 que abrió una disputa de poderes y profundizó el autoritarismo del régimen.
Con este clima transcurrió la década siguiente que tuvo una congreso paralelo conformado solo por chavistas, un elección presidencial sin presencia de los partidos mayoritarios de la oposición en 2018 y un gobierno interino al mando de Juan Guaidó que no logró el objetivo de sacar a Maduro.
En todo ese proceso hubo un actor clave: las Fuerzas Armadas. El golpe de estado contra Chávez en 2002 tuvo a los altos mandos militares como participes necesarios y con el retorno del entonces presidente al poder se llevó una purga que formalizó a la institución militar como parte del esquema de poder chavista.
Controlan territorios, manejan recursos y conducen empresas públicas. El poder es total y sin ellas no serÃa posible ningún gobierno. Por eso, el desafÃo mas grande de la oposición es lograr quebrar esa alianza solida entre los militares y el Palacio de Miraflores.
Maduro evalúa poner al jefe de los militares como vice y hablan de sucesión
En febrero 2019 hubo un intento cuando Guiadó armó un acto con presidentes latinoamericanos en la frontera en Cúcuta en donde solo desertaron un puñado de militares y un fallido intento levantamiento en la base La Carlota con militares disidentes que fracasó.
Antes de las elecciones del 28 de julio, MarÃa Corina Machado, insistió con la necesidad de que las fuerzas militares acompañen el cambio y prometió no llevar a cabo represalias. Nada pasó. Con el fraude consumado la narrativa no cambió y esta semana previa a la asunción, Machado y González Urrutia volvieron a pedir el apoyo de los militares. Sin ellos, no existe la más mÃnima chance de soñar con asumir el poder.
Sin embargo, la respuesta fue contundente de la mano del ministro de Defensa Vladimir Padrino López, el poderoso funcionario que criticó a Edmundo González y ratificó su lealtad a Maduro.
Con este cuadro, ¿por qué la oposición sigue con expectativa una ruptura en las Fuerzas Armadas? ¿Existe una mÃnima posibilidad de abandonar a Maduro este contexto de profundo aislamiento internacional al que estará expuesto el régimen después del fraude electoral?
El analsita Phil Ghunson dijo a LPO que "el presidente venezolano Ramon Velasquez dijo una vez que los militares siempre son leales, hasta el preciso instante en que dejan de serlo. Cuando el alto mando siente la necesidad de insistir una y otra vez en su absoluta lealtad a la 'revolucion' es porque saben que hay dudas. Pero no creo que este sea el momento en que esa ruptura se pueda producir".
Ghunson planteó que "Chavez declaró desde el principio que su regimen era 'civico-militar'. Hoy en dia, Maduro - que depende aun mas de la Fuerza Armada que Chavez - lo define como 'civico-militar-policial'. Aunque el descontento entre los uniformados esta tan presente que en la poblacion civil, el Alto Mando tiene muchos incentivos para mantenerse leal. Bajo Maduro su control sobre grandes sectores de la economia, tanto licita como ilicita, ha crecido mucho. A cambio de eso, en momentos claves han ayudado a Maduro a mantenerse en el poder".
Sobre la figura de Padrino Lopez, el analista planteó que "es tan importante para Maduro que tiene una decada en el puesto - un periodo sin precedentes - y sigue alli a pesar de que le tocaba el retiro hace varios años. Eso indica lo mucho que Maduro depende de el, y por lo tanto, el poder que tiene".
"Los militares pueden no querer mucho a Maduro, y algunos pueden querer un cambio, pero en general no son amigos de la oposicion, y de hecho le tienen mucho miedo a un cambio brusco que puede significar no solo la perdida de privilegios sino, en algunos casos, la carcel. Una transicion sin el visto bueno de la Fuerza Armada es impensable, pero por el momento no tienen interlocutores del lado de la oposicion", culminó.
Maduro dice que mantiene el control de las Fuerzas Armadas: "Derrotamos a Guaidó"
Por otro lado, una fuente que trabaja de cerca con los militares venezolanos alertó que hablar de las Fuerzas Armadas en este contexto es "una sentencia de muerte". Sin embargo, afirmó que "durante los años de la revolución bolivariana socialista, se han transformado en una Guardia Pretoriana, con importantes conflictos entre los múltiples grupos de intereses que existen en su estructura organizativa".
En el caso de Vladimir Padrino López plantea que "tiene más de 10 años como ministro de la defensa y debió pasar a retiro. Eso nos da una idea de la limitada capacidad de sus compañeros de promoción que no han podido o no han tenido interés en reemplazarlo en el cargo. Pero igualmente durante sugestión es el peor momento de la institución militar venezolana".
Esta fuente pone en duda la lealtad absoluta de los militares a Maduro y remarca que "una cosa es apoyo y otra cosa es acompañamiento. Y la mejor y más significativa muestra del malestar y desacuerdos que hay entre los militares es la importante cifra de presos militares y tampoco hay que dejar fuera el hecho que Maduro perdió la elección presidencial en las principales instalaciones militares del paÃs, el pasado 28 de julio. Asà que los militares no apoyan a Maduro, lo acompañan".
Por último, sostiene que "en las actuales Fuerzas Armadas todavÃa hay demasiados recursos y reserva moral para incorporarlos selectivamente a la reconstrucción fÃsica y espiritual de Venezuela. Con quienes no es posible un gobierno opositor es con el grupito que la dirige actualmente".
"Para que los militares venezolanos cambien de estrategias no tienen otra opción que contribuir a cambiar el gobierno", finaliza.
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