Escenario
¿A qué santo le reza la oposición?
Por Hernán Madera
Los dirigentes del viejo bipartidismo profesan una religión pública y otra privada.

San Estallido

Recesión, suben las tarifas, sube el transporte mientras que los sueldos y jubilaciones siguen golpeadísimos. La lista puede seguir. En el peronismo no pueden creer que haya menos protestas que durante su gobierno. Entonces se espera una reacción imprevista, una explosión social que ponga las cosas en su lugar. Se confía en que cualquier chispa puede detonar y destruir otro experimento liberal.

Al PJ y a su base esa situación los dispensaría de tener que reconocer al elefante en la sala: la conducción dual de Cristina Kirchner y Sergio Massa que no atrae un voto más y que, lo más probable, es que esté ahuyentando por goteo a los que todavía están adentro. La conducción dual del PJ, derrotada tanto en Santa Cruz como en Tigre, parece incluso dispuesta a pagar el altísimo precio, con su propio electorado, de dañar las chances de Axel Kicillof si el gobernador insiste en que le abran las listas de 2025.

San Estallido ya hizo su aparición. Fue el 19 de noviembre de 2023 cuando un 56% votó al más outsider de los outsiders y clausuró el largo ciclo justicialista iniciado en julio de 1989. Las implosiones silenciosas, por su parte, se pueden observar en nuestra sociedad con sólo mirar un rato por la ventana o con caminar un par de cuadras. Desde el estancamiento que inaugura la instauración del cepo a finales de 2011 que las empresas, familias y personas implotan.

San Estallido es el patrono del pensamiento circular donde el país revienta igual que siempre, donde el electorado no aprende nada y pisa el palito una y otra vez. Lo cierto es que, después de cuarenta años de elecciones ininterrumpidas con alta participación sin fraude y sin proscripciones, las cosas funcionan de forma más compleja que eso.

Santa Inercia

"Como siempre volvimos, esta vez también vamos a volver".

Es cierto que el peronismo volvió después de la proscripción 1955-1973, que volvió después de Raúl Alfonsín, que volvió después de Fernando de la Rúa y que volvió después de Mauricio Macri. Pero ese razonamiento falla al pasar por alto la desilusión cada vez más profunda que genera cada fracaso. Si el mandato de la sociedad argentina para con su gran movimiento político era "hace lo que tengas que hacer, pero cumplí el destino de grandeza de la Argentina" cualquier observador puede apreciar que se dieron muchas oportunidades y ese destino está más lejos, no más cerca.

Santa Inercia es la patrona de la negación. Patrona de la dificultad para bajar al peronismo a tierra y analizarlo como un espacio político, y no uno metafísico. Santa Inercia promete que un trayecto misterioso rodeado de explicaciones esotéricas hará que el peronismo regrese al poder, no importa el maltrato que hizo a su electorado, que supuestamente "todavía necesita tiempo y sufrimiento para notar que se equivocó".

San Dos Tercios

El bloque del PJ cuenta con treinta y tres senadores y el del presidente Milei sólo con siete, pero las leyes siguen saliendo, los decretos de necesidad y urgencia siguen vigentes y los vetos del poder ejecutivo se sostienen.

San Dos Tercios es el patrono de la mayoría inexistente. Probablemente sea el santo que primero defraudará a quienes peregrinen, en cada sesión del Congreso, a su templo. Y defraudará porque, mientras los gobernadores aparentan que le rezan y se arrodillan ante él, en silencio hacen otra cosa y mandan canjear la aprobación de esas leyes libertarias, decretos de necesidad y urgencia vigentes y vetos del poder ejecutivo por fondos que necesitan como el aire que respiran.

Monoteísmo

La trinidad que acabamos de describir son tres becerros de oro, tres falsos profetas, que distraen y engañan mientras, en la cúspide, la dirigencia del viejo bipartidismo le reza mentalmente, esforzándose porque no se note, a su verdadera deidad.

Le rezan al San Javier que divida a la oposición en provincia de Buenos Aires y le permita a Cristina Kirchner retenerla con Eduardo de Pedro como candidato en 2027, al San Javier que también presente candidato en Córdoba y rompa la unidad opositora que estuvo a un pelo de impedir Martín Llaryora llegue a la gobernación. En la UCR y el PRO el santo es el mismo pero la plegaria es distinta: ruegan que San Javier no se oponga frontalmente a la reforma constitucional santafesina y así le facilite las cosas a Maximiliano Pullaro, en el PRO peregrinan para que San Javier bendiga al primo Jorge como hijo legítimo y lo impulse a pasar un ballotage porteño que será despiadado.

El problema para estos devotos es que la festividad de San Javier cae justo el día del cierre de listas. Antes no contestará ninguna plegaria, no dará ninguna pista sobre sus pasos y se hará desear. Hasta ese momento, sus abnegados fieles deberán confesar sus pecados y portarse bien.

Entonces, ¿quién romperá el monoteísmo de San Javier?¿Quién será el verdadero opositor que hoy no le reza ni en público ni en privado, el verdadero opositor cuya ambición es realmente la Casa Rosada y no preservar su quintita provincial? El electorado se guarda esa estampita para agosto 2025.

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  • 1
    Juan Manuel
    Hace 5 días
    14:10
    napoleon dijo "nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error"
    Responder
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