Editorial
¿Por qué hay tanta rotación laboral en los jóvenes?
Por Francisco Sánchez Moreno
Cada vez que un jóven cambia de trabajo seguramente haya alguna de estas razones presente. El desafío que tienen quienes lideran organizaciones es tratar de retener lo más que puedan a quienes agregan valor.

Estar más de dos años en un mismo trabajo hoy es raro, mientras que hace algún tiempo cambiarlo antes de los dos años podía parecer una tragedia. Todos conocemos historias de personas de 50 o más que durante 30 años hicieron las mismas tareas y nunca se plantearon cambiar de trabajo, pero la realidad cambió y la mayoría de los jóvenes de menos de 35 cambian de trabajo con una frecuencia altísima: ¿Permanecer por años haciendo lo mismo? ¿No explorar todas las posibilidades? ¿Quedarme en un lugar en el que me tratan mal? Parece inconcebible hoy.

Esto está íntimamente ligado a que vivimos en un mundo donde la inmediatez y la variedad de opciones y oportunidades hace que, si no nos divierte o no nos cierra algo, busquemos cambiarlo rápidamente. Además, como nunca antes, priorizamos el bienestar. Según una encuesta que se realizó en julio de este año, en la que Bumeran, una página web para buscar trabajo, participó: el 71% de los argentinos quieren renunciar a su trabajo. ¿Los motivos? Entre los tres principales se identificaron éstos: no tener posibilidad de crecimiento laboral (39%), un mal sueldo (23%), un mal ambiente laboral (11%) y tener jefes que no saben liderar (5%).

En este contexto, las organizaciones tienen un desafío enorme para retener talentos y armar equipos que puedan mantenerse en el tiempo. Tener un buen propósito, cambiar el status quo, ser horizontales, impulsar a nuevos protagonistas, serán algunos de los principales cambios que tendrán para lograrlo.

Hay seis puntos claves que tenemos que tener en cuenta para poder comprender la rotación laboral.

Muchos jóvenes hoy se ven atraídos por proyectos que tienen un propósito y que, de alguna manera, sea relevante o intente cambiar la realidad. Esto era muy distinto antes. Si le preguntamos a generaciones más grandes si eligieron su trabajo por el propósito que tenía, probablemente sean muy pocos los que respondan afirmativamente. Sin embargo, esto es casi condición necesaria para el mundo de hoy.

Los jóvenes quieren ser protagonistas. La cadena de producción fordista en la que se entra a las 9 y se sale a las 18, cumpliendo un rol estático en el que la posibilidad de crecimiento es muy difícil y no se tiene visibilidad de cada trabajo, ya no es divertida (si es que alguna vez lo fue) o no es suficiente.

La inmediatez en la que vivimos hace que nos aburramos más fácil. El abanico de posibilidades para elegir creció, y la ansiedad es mucho más común que antes. Así es cómo la competencia entre lo que estoy haciendo y lo que podría estar haciendo creció exponencialmente y, frente a la primera situación de insatisfacción, damos lugar a nuevas opciones que nos permitan estar mejor o, al menos, probar.

Más flexibilidad, menos rigidez. Desde hace años, las mejores empresas del mundo tienen metegoles, puffs, salas de descanso y otras comodidades que mejoran el clima y el ámbito laboral. Algunos días de home office por semana vinieron para quedarse luego de la pandemia y, si los viernes pueden ser flexibles y trabajar hasta el mediodía, mejor. Esto impacta directamente en la felicidad de los empleados y, por ende, en su permanencia.

Creció la importancia de la horizontalidad en los equipos. Esta idea se une con las ganas de ser protagonistas. Las estructuras verticales donde la información y las decisiones pasan solo por algunas pocas personas están en crisis. Ser parte del proceso de creación y estar lo más cerca posible del momento de definición se volvió algo importante para muchas personas.

Trabajo donde no se aprende, se cambia. Si no hay respeto por lo personal y se prioriza únicamente lo laboral. Tanto el desarrollo profesional como la importancia del cuidado de cada uno/a se volvieron fundamentales a la hora de elegir un trabajo.

Cada vez que un jóven cambia de trabajo seguramente haya alguna de estas razones presente. El desafío que tienen quienes lideran organizaciones es tratar de retener lo más que puedan a quienes agregan valor.

La fuga de talentos de Argentina fue enorme en los últimos años debido a la inestabilidad económica y la falta de proyección de crecimiento. Y si bien estos problemas macroeconómicos no se resuelven con más flexibilidad y mejores condiciones de crecimiento profesional, no tengo dudas que hoy en día es igual de importante estar atentos a estas cosas para que los mejores sean parte de nuestros equipos.


Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.