El peronismo de Santa Fe hace años que arrastra una crisis de magnitud que los cuatro años de gobierno de Omar Perotti no solo no pudieron revertir, sino que la profundizaron. Desalojados del poder nuevamente llegan a las intermedias en la era Pullaro con mil divisiones y con estrategias diferentes.

El obstinado Agustín Rossi se puso en campaña para volver a la Cámara de Diputados en un arreglo con La Cámpora, como adelantó este medio: "tenemos un partido ordenado en los papeles, pero cada sector va a ser lo que quiera", calculan en la agrupación de Máximo Kirchner que ahora en Santa Fe es conducida por Florencia Carignano.

Con el kirchnerismo provincial abroquelado, esperarán a ver cómo se define la interna nacional pero descartan que se llegue unidos en una misma estrategia: "hay una unidad forzada al máximo pero que se piensa muy diferente y es casi imposible que se pueda acordar un mismo camino", dijeron fuentes al tanto del armado que pidieron preservar el nombre.

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Mientras tanto, el ex candidato a gobernador Marcelo Lewandowski no le prestó atención a la pelea por el PJ entre Cristina y Quintela. "Lo vinieron a buscar de los dos sectores, pero para Marcelo, el partido es una herramienta y cree que ahora hay que apuntar al movimiento nacional con proyecto para la mayoría".

En ese sentido, el senador nacional recorre la provincia y se muestra con Amalia Granata y la intención de reconstruir un peronismo classic, menos ideologizado, como en la época dorada de Carlos Reutemann y Jorge Obeid que gobernaron alternadamente durante 16 años porque no tenían reelección.

Mientras tanto, el ex gobernador Omar Perotti mantiene perfil bajo y lejos de ser abanderado de la oposición al punto tal que en el peronismo aseguran que exite un acuerdo con Pullaro. Por su parte, el gobernador radical se prepara para anunciar una alianza con el cordobés Juan Schiaretti a través de Claudia Giaccone, ex candidata del PJ.

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El otro polo lo integran los pocos intendentes y jefes comunales peronistas que lograron retener el gobierno ante la ola Pullaro que arrasó en toda la provincia; unas 60 localidades de 370. En las comunas, los mandatos duran dos años por lo tanto la ofensiva de las intermedias puede terminar de tallar la hegemonía oficialista.

Ante ese temor, los alcaldes encabezados por Pablo Corsalini y Esteban Ferri se acercan al gobernador radical, aunque aclararon a LPO que mantienen el perfil opositor. El ex intendente de Granadero Baigorria, Alejandro Ramos, hace años que le arma la estrategia política a este sector y tienen vínculos periódicos con Gabriel Katopodis, el ex ministro suele reunirse con los intendentes.

En otra sintonía, el Movimiento Evita selló un acuerdo con Ciudad Futura en la elección pasada. La agrupación de izquierda centra sus objetivos en la intendencia de Rosario y quedaron a pocos puntos de Javkin mientras que el Evita tiene que renovar una bancada en Diputados.

A todo esto, el Frente Renovador que preside a nivel nacional el rosarino Diego Giuliano se definió por el rechazo a que Pullaro quede habilitado a la reelección si se reforma la Constitución.

Entre los diputados provinciales del peronismo no han establecido un criterio unificado al respecto y refleja el nivel de divisiones que, sin conducción, difícilmente logre llegar al año próximo con una estrategia de poder: "va a ser un sálvese quien pueda", repiten.