Durante la discusión por la reforma de la ley del "solo sí es sí", Yolanda Díaz intentó mediar sin éxito entre el PSOE e Irene Montero. En el entorno de la vice segunda entendieron que era un pulso inevitable. "Las dos partes dejaron negociar en las últimas tres semanas", dice a LPO un dirigente cercano a la ministra de Trabajo. Ahora ha sellado una suerte de paz entre los socios del gobierno con la reforma a las pensiones.
Enrique Santiago, secretario general del PCE, reconoció que Díaz se reunió a última hora con Ione Belarra y José Luis Escrivá por la reforma. No solo ofició de mediadora, sino que dejó sin opción a Podemos: o acompaña una iniciativa de la titular de Trabajo acordada con el PSOE o ahonda la crisis interna y se aísla dentro del Ejecutivo. Luego del ruido por el "solo sí es si" y la decisión de no romper, los morados tienen que bajar el tono.
Díaz no siente que el debate del martes haya lastrado su liderazgo y cree que Podemos está tensionando para condicionarle en el armado de Sumar. "Hay que circunscribirlo como táctica negociadora. El problema cuando te sienta s a hablar de reparto de dinero, recursos y listas, y cómo es la metodología para esas candidaturas", admite uno de los armadores de la plataforma de la vice.
Lo cierto es que Díaz y Pablo Iglesias, líder de facto de Podemos, han retomado el diálogo y los morados apoyan públicamente a la vice. También piden en voz alta que defina su plataforma y juegue en la campaña para las municipales y autonómica. El equipo de Sumar anunciará en los próximos días el lanzamiento del frente progresista que aspira a reunir a las formaciones a la izquierda del PSOE, según pudo saber este medio. Pero para Díaz es un dolor de cabeza hacerlo en estos momentos.
La incógnita es cómo hará Díaz con sus aliados. Ha dejado en claro que respaldará a los candidatos de Unidas Podemos, pero en territorios que no le incomoden. En Madrid se presenta Alejandra Jacinto por UP y Mónica García por Más Madrid y lo mismo ocurre en la Comunidad Valenciana, donde debería inclinarse por Podem o Compromís. Es el coste de una alianza que incluirá al menos diez partidos en una misma plataforma.
Podemos quiere a Yolanda como candidata, pero le pide que apure Sumar
Díaz insiste en que Sumar no va de siglas cuando las siglas importan para sus potenciales aliados. "Donde no hay calma y acuerdo, Yolanda no se va implicar. El votante medio sabe que Yolanda es una cosa que tiene que ver con las generales", explica el dirigente próximo a la vice. Es un equilibrio difícil para todos, porque sin unidad se complica la posibilidad de reeditar la coalición de gobierno y mejorar los resultados de 2019.
Podemos seguirá presionando para tener un lugar central en las listas, sin cuestionar a Díaz y sin romper con el PSOE. Y la creadora de Sumar prepara su plataforma teniendo en cuenta las alianzas regionales, las cuentas pendientes -unir a los morados con los de Íñigo Errejón- y los egos de los dirigentes. Nadie puede negar que los partidos han entrado en modo electoral desde finales del año pasado. En silencio, Díaz ultima la coalición progresista en la que se juega el ascenso en su carrera política.
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