
Este viernes la vicepresidenta segunda presentará Sumar, el proceso de escucha que escapa a la definición de una plataforma política clásica, como su entorno insiste en aclarar. Yolanda Díaz quiere que el debut del proyecto que aspirar a liderar mantenga a los partidos en un rol secundario y que los militantes y dirigentes asistan como un ciudadano más a El Matadero de Madrid, donde dará el puntapié inicial para reunir a toda la izquierda.
Los cortocircuitos entre Díaz y el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, se han moderado y ambos dirigentes decidieron pasar de página por el bien de Sumar. La ministra de Trabajo también ha cerrado filas con los partidos de UP en torno al gasto militar: la postura es conocida y contraria a la idea de incrementarlo. Sin embargo, les ha pedido diputados, ministros y referentes autonómicos que limiten los cuestionamientos al PSOE al menos hasta el viernes.
Yolanda Díaz lanza su frente amplio, pero maniobra para no juntar a Errejón y Podemos
Un dirigente muy próximo a Díaz aseguró a LPO que el objetivo es "aislar" la controversia por el presupuesto en defensa del acto de lanzamiento de Sumar. "Esto no es algo para los próximos 4 años, sino una propuesta de país para los próximos 15 años", apunta. La apuesta de la vicepresidenta es ambiciosa, amplia y, por ende, complementaria con la suerte electoral del PSOE. Así lo entienden en Moncloa.
El presidente Pedro Sánchez necesita que el espacio que liderará Díaz supere cómodamente los 10 puntos en las generales para reditar el gobierno de coalición. Como lo ha adelantado este medio, los dos partidos del Ejecutivo se han comprometido a concluir la legislatura. Hasta diciembre, Díaz avanzará con el proceso de escucha, para luego confirmar su candidatura de cara a 2023. Los planes incluyen una gira por España y la posibilidad de evaluar el terreno para saber si el proyecto tiene la espalda suficiente como para debutar en elecciones autonómicas.
Pero esa instancia requiere de un proceso paralelo de negociaciones con las fuerzas que buscan un lugar dentro de Sumar, tanto aquellas que hacen parte de UP como Más País y otras formaciones al margen del gobierno de coalición. El rol que desempeñarán en estos meses todavía es una incógnita y algunos consideran que la ministra de Trabajo está pateando el problema para adelante. Las tensiones ya están sobre la mesa.
Con todo, un diputado de UP señaló a LPO que existe una "correlación de debilidades" y que si bien algunas formaciones pueden "jugar a ensuciar", la interna dentro del frente amplio de izquierda debe mantenerse "al margen del proceso de los dispositivos de participación del proceso de escucha". Díaz entiende que es capaz de ordenar esa interna, que es lo mismo que poner a prueba su liderazgo antes de conformar una alianza.
Yolanda Díaz quiere sumar al PSOE a su frente y disputarle el liderazgo de la izquierda a Sánchez
En las últimas semanas se precipitaron una serie de imprevistos que obligaron a la vicepresidenta a calibrar los alcances de la coalición. La dimisión de Mónica Oltra de la Generalitat Valenciana representa una pérdida simbólica para Díaz, ya que la dirigente de Compromís ha sido una de las primeras figuras en respaldar públicamente la iniciativa de un frente amplio progresista.
Poco antes, los resultados adversos en Andalucía también causaron decepción en la izquierda. Algunos sugieren que el proyecto que derive de Sumar tiene que "experimentar" con alianzas amplias en puntos clave, como Barcelona o Madrid, como paso previo a las generales de 2023, aunque en otros territorios descartan esa opción. Fuentes cercanas a Díaz sostienen que el hermetismo alrededor de Sumar responde a un compromiso cerrado con el proyecto.
Las versiones que apuntan a un silencio frío por parte de Irene Montero o Ione Belarra, o el de Íñigo Errejón desde Más País, en realidad ignoran que se trata de una estrategia para no intervenir en el debut de Sumar. Los más entusiastas, como Enrique Santiago o Alberto Garzón, también han acercado posiciones dentro de UP -la oposición a incrementar el gasto en defensa es la muestra más reciente y cabal- y dejarán que Díaz se luzca en Madrid. Ninguna formación implicada quiere que el proyecto inicie con el pie izquierdo. Su suerte está atada al ingenio de la vicepresidenta.
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