Finalmente, y tal como anticipó LPO, Vox formará parte del Gobierno de Extremadura. Alberto Núñez Feijóo y Génova doblegaron la voluntad de María Guardiola de forzar unas nuevas elecciones para evitar un Ejecutivo de coalición con la ultraderecha.
La líder regional anunció este viernes por la mañana un acuerdo con la formación de Santiago Abascal, que tendrá la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, un departamento clave, la administración, nada menos, que de la agricultura.
Además, PP y Vox llegaron a un acuerdo programático de 60 medidas que, según ambos partidos, estarán centradas "en las prioridades de las familias extremeñas" y en "combatir el paro, la pobreza, la falta de oportunidades y la despoblación".
"PP y Vox han asumido así la responsabilidad de dotar a la región de un gobierno estable y con una hoja de ruta clara para poner fin a las políticas socialistas que han lastrado el desarrollo de Extremadura", expresaron ambas formaciones en un comunicado.
María Guardiola: "No puedo dejar entrar en mi Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista"
Guardiola, y el portavoz de Vox en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo, firmarán este acuerdo al medio día en el Parlamento autonómico.
La primera valoración de los populares la hizo la vicesecretaria de Políticas Sociales y Reto Demográfico, Carmen Fúnez, quien celebró el diálogo haya "fructificado" y que Guardiola haya dado marcha atrás porque "es consciente de lo que pedían los extremeños, que pedían cambio" cuando votaron en las autonómicas el pasado 28 de mayo.
El pacto se precipitó tras las fuertes presiones que Guardiola recibió en la última semana de las bases, de Génova y de Feijóo, que pasó de apoyar públicamente su "libertad" para negociar su próximo gobierno a acorralarla para sellar una alianza en pos de la gobernabilidad.
La orden fue evitar una repetición electoral y frenar el desgaste político que estaba generando la pelea con Vox. Las encuestas empiezan a reflejar un retroceso de los populares y un crecimiento del bloque de izquierda. Las alarmas se han encendido en calle Génova.
Feijóo, desde Bruselas, llamó públicamente al pacto, algo que no había hecho en toda la semana. "Ese gobierno de cambio es bueno que se haga rápido por una razón", afirmó en comparecencia de prensa tras la reunión con el Partido Popular Europeo, "porque podemos volver a elecciones. Y eso creo que es malo para Extremadura".
Con este final, Guardiola tira a la basura sus convicciones, por lo que queda debilitada ya en el inicio de su gestión. Había afirmado que no podía formar un Ejecutivo de coalición con quienes están "deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI". "No estoy dispuesta a regalar consejerías. Iremos a elecciones si hay que ir", había dicho.
Guardiola se queda sola en su bloqueo a Vox y pactará presionada por Génova
Su frase más contundente -"No puedo dejar entrar en mi Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista- queda siete días más tarde sin efecto.
Como era de esperar, el cambio de postura ha generado indignación en el PSOE y en la izquierda extremeña.
"Si a la Señora Guardiola le queda algo de palabra y de decencia debería de dimitir hoy mismo. Extremadura no se merece una presidenta que mienta tan descaradamente", afirmó la líder de Unidas Podemos, Irene de Miguel.
Los socialistas, en tanto, acusaron al PP de "comerse sus palabras" al meter a Vox en el gobierno extremeño: "Principios de usar y tirar", lamentó el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
El acuerdo, al cabo, desnuda la imposibilidad del PP para bloquear a Vox. Y la fortaleza de Abascal de cara al 23J si Feijóo llegase a necesitar sus votos -tal como indican todas las encuestas- para entrar en el Palacio de la Moncloa.
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