La ultraderecha ha conservadora el tercer puesto en las generales de este domingo, pero a un alto coste. Es que Vox ha pasado de los 52 diputados que ganó el 10N de 2019 a 33, perdiendo 19 en el camino. "Quiero dar las gracias a los tres millones de españoles que han vuelto a convertir a Vox en la tercera fuerza política de España", dijo un Santiago Abascal cabizbajo en su comparecencia el domingo por la noche.

Vox ha sufrido la misma debacle que en su momento enfrentaron Ciudadanos bajo el liderazgo de Albert Rivera e Inés Arrimadas y el PP de Pablo Casado. Abascal señaló a los "medios afines del PP" por supuestamente apelar al voto útil "perjudicando los votos de la alternativa, constituyendo a la demonización de Vox". "Con las piedras no nos callan", aseguró después en relación con la violencia y la manipulación mediática que, según él, "ha hecho fracasar la suma de la alternativa".

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"Parece que han ganado todos. Quiero felicitar al señor Feijóo, que ha ganado las elecciones. Imaginamos que mantendrá la oferta al PSOE para ver si le permite gobernar. Quiero señalar lo que es una muy mala noticia, Pedro Sánchez, aun perdiendo las elecciones, podría ser investido con el paoyo del comunismo, el separatismo golpista y el terrorismo", dijo el líder de Vox, cuya conducción queda golpeada tanto para presionar a Alberto Núñez Feijóo como para presentarse a nuevos comicios.

Yolanda Díaz acompañada por Ernest Urtasun, Ione Belarra y Alberto Garzón.

Europa Press

Pese a quedar en cuarta posición, Sumar ha mejorado las expectativas. Si bien algunas encuestas posicionaban a la plataforma progresista en un cuarto puesto, Yolanda Díaz llega con un armado ordenado y unos 31 escaños que le acercan a Pedro Sánchez a bloquear la investidura de Feijóo. "Había mucha gente preocupada en nuestro país. La gente va a dormir más tranquila", declaró la vicepresidenta segunda.

Quiero felicitar al señor Feijóo, que ha ganado las elecciones. Imaginamos que mantendrá la oferta al PSOE para ver si le permite gobernar

Sumar es una alianza electoral construida a las apuradas luego de que el presidente del Gobierno adelantara las generales para impedir una ola azul a fin de año, y de hecho perdió siete escaños en relación con los obtenidos por Unidas Podemos cuatro años atrás, pero Díaz ha dado una imagen de triunfo frente a la resignación de Abascal. Su proyecto político quedó a las puertas de arrebatarle la tercera posición y, en caso de una repetición electoral, es un escenario para nada irrealizable.

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Díaz ha logrado al menos acortar la distancia con Vox y ahora se compromete a trabajar por reeditar el Gobierno de coalición, en alusión a los pactos con las fuerzas catalanas y vascas, mientras Abascal ha echado bronca a Feijóo y ve en el horizonte una repetición electoral en la que podría rifar el futuro de su formación. Como ha sucedido con el PP respecto al PSOE, el partido que más escaños ha sacado en su propio pulso parece el perdedor.