El desacuerdo tiene un altísimo impacto regional. Pero también una lectura nacional de cara al 23J. En Extremadura, Vox ha decidido entregarle la presidencia de la Asamblea al PSOE antes que firmar un "mal" acuerdo con el PP.
La decisión ha provocado que Blanca Martín Delgado, del Grupo Socialista, vuelva a ocupar el cargo de presidenta de la Asamblea de Extremadura en esta XI Legislatura, una revalidación que se descartaba por la mayoría que ostenta el bloque de derecha.
Con esta jugada, Santiago Abascal le deja en claro a Alberto Núñez Feijóo que, en caso de necesitar su apoyo para formar un gobierno de coalición a nivel nacional, no aceptará un trato que no implique la repartija de ministerios y cargos.
En la votación de este martes por la mañana, Martín ha recibido 32 votos, los 28 diputados de su grupo y los cuatro de Unidas por Extremadura, mientras que el candidato del PP, Abel Bautista, ha obtenido 28, mismo número de escaños que tiene su grupo parlamentario, y el de Vox, Ángel Pelayo Gordillo Moreno el de los cinco diputados con los que cuenta su grupo.
La candidata del PP a la Presidencia de la Junta, María Guardiola, ofreció este pasado lunes a Vox, cuyos votos necesita para alcanzar los 33 escaños que conforman la mayoría absoluta, un acuerdo programático que incluía la presidencia del parlamento regional para los de Abascal.
Propuesta que ha sido rechaza por Vox, que exige entrar en el gobierno autonómico, siguiendo la fórmula de acuerdo alcanzada en otros puntos del país, como es el caso de la Comunidad Valenciana.
"Hemos comprobado que es fundamental que Vox forme parte del próximo Gobierno de la Junta de Extremadura para asegurar el correcto funcionamiento de las medidas acordadas", señala. Pero la marcada línea roja del PP hace evidente su indiferencia al regalar la Asamblea al PSOE", ha explicado Vox a través de un comunicado.
Más directo fue el vicepresidente Jorge Buxadé: "Exigimos como respeto a nuestros votantes formar parte del Gobierno para verificar y asegurar el cumplimiento de nuestros pactos. El PP lo ha entendido en Valencia, Baleares, Burgos, Toledo, Ciudad Real. Aquí lo tiene que entender el PP porque, además, no es la lista más votada".
Antes de la votación el PP emplazó a Vox a que escoja entre permitir el cambio en la región o la continuidad del PSOE.
"Con estos mimbres, el único gesto que se puede hacer es el que está en las espaldas de Vox, que tendrá que decir qué es lo que hace: si favorece el cambio, la alternancia en Extremadura, o permite que siga gobernando el Partido Socialista", dijo el portavoz de campaña y vicesecretario del PP, Borja Sémper. Vox ha elegido lo segundo.
"PP y VOX no son capaces de ponerse de acuerdo porque Extremadura les da igual y obedecen a estrategias de sus partidos a nivel estatal", resumió la candidata de Podemos, Irene de Miguel.
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