
A las puerta de los meses más críticos para los incendios forestales, y ante una histórica sequía que puede a contribuir a que el fuego se extienda con mucha virulencia, la gestión de estos destructivos fenómenos naturales quedarán en manos de Vox en Extremadura.
Tras el acuerdo del PP, la ultraderecha ocupará la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, que tendrá competencias en caza, toros, pesca, incendios forestales e infraestructuras rurales, entre otras.
Se trata de un departamento clave para esta Comunidad Autónoma: la superficie forestal en Extremadura ocupa más de 2,7 millones de hectáreas, nada menos que el 65% de toda la región.
El año pasado, esta CCAA concluyó con 10.407 hectáreas quemadas, el doble que en 2021 anterior, cuando se calcinaron 5.227 las hectáreas.
Estando en la oposición, Vox ha llamado a hacer todo lo contrario de lo que sugiere la ciencia y los expertos para prevenir los incendios, que en todo el mundo (Canadá es el ejemplo más cercano) empiezan a multiplicarse como consecuencia del cambio climático. Los ecosistemas están tan secos que ante el calor extremo cualquier chispa (intencional, fortuita o natural, como un rayo) genera focos extensos e incontrolables.
El año pasado, un estudio internacional del que participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) comprobó que el riesgo climático de incendios forestales está aumentando en todo el mundo debido al calentamiento global.
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"Cada vez son más frecuentes paisajes más secos y calurosos que son más susceptibles a quemarse y, además, con más severidad, lo que incrementa el riesgo de grandes incendios forestales, también llamados megaincendios o incendios de sexta generación. El número de días con riesgo extremo de incendios ha aumentado en todo el mundo y se ha duplicado en la cuenca mediterránea en los últimos 40 años", explica la investigadora del CSIC Cristina Santín, del Instituto Mixto de Biodiversidad de Mieres, centro compartido entre el CSIC, la Universidad de Oviedo y el gobierno del Principado de Asturias.
En el programa, PP y Vox proponen "revisar y flexibilizar las barreras ambientales que impiden el desarrollo de Extremadura" y revisar las prohibiciones de la Red Natura 2000 - una superficie de biodiversidad protegida que no puede ser trasformada por la mano del hombre -debido a que está "ahuyentando el desarrollo de las empresas".
Y a nivel forestal, el nuevo Gobierno llama a recuperar las "actividades tradicionales" que están desapareciendo por "prohibiciones, limitaciones y obligaciones ambientales".
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Malena Nevado, diputada por Cáceres, es la dirigente de Vox más activa de esta formación en la ruralidad y la vida forestal de Extremadura. Repite en cada intervención pública sobre los incendios forestales que son culpa del "fanatismo climático" del Gobierno de Pedro Sánchez y que los campos están "abandonado por estas políticas verdes que vienen de la UE y la Agenda 2030".
A su juicio, Moncloa y Bruselas "lo único que quieren es el control de todos los recursos naturales y no proteger el medio ambiente". "La Agenda 2030 no deja desbrozar porque hay que proteger al águila", es uno de sus latiguillos.
Sostiene que las directivas europeas pretenden "desplazar al hombre del ordenamiento jurídico para poner al animal". "El único interés que tienen es el de tomar el control de individuo y sobre el planeta, sobre todos los recursos, de la energía, del agua y de todo".
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