Vox está viviendo uno de los momentos más bajos desde su nacimiento en 2013. El partido ultraderechista puede llegar a la primera década de vida con una deserción masiva de cuadros y una merma considerable de votos. El último dato del CIS, por más que la cúpula de la formación lo desestime, alarma a Santiago Abascal: por primera vez la intención de voto baja de los dos dÃgitos, quedando en el cuarto lugar con el 8,8%, la mitad de lo que registraba en junio. Pero la debacle de Vox se empezó a cocinar mucho antes.
Abascal y la dirección nacional esperaban dar el batacazo en AndalucÃa y presentaron a Macarena Olona como chivo expiatorio de una campaña fallida y deslucida. La exdiputada fue echada del partido y expuso los manejos internos que terminarÃan por alejar a varios miembros de Vox. Los desertores no solo denuncian falta de democracia y consulta en las decisiones, sino una polÃtica territorial errada y "poco relevante" para los de Abascal.
Un exportavoz de Vox afirma que Abascal avaló y autorizó el ingreso de neonazis al partido
Olona presentó esta semana su propia plataforma polÃtica con la que intentará arrebatarle el electorado a sus viejos compañeros. El proyecto, que de momento no tiene nombre, fue lanzado en Panamá y se centró en el combate a la "ideologÃa de género", es decir, a las leyes de igualdad, y tuvo un marcado acento hispanista. En otras palabras, la abogada del Estado compite directamente con Vox con el mismo discurso y en el área de influencia que Abascal fue construyendo en el último tiempo.
Por otra parte, Olona respaldó a Ricardo Morado, exlÃder de Vox en Galicia, quien dimitió tras cuestionar el abismo entre Bambú y la realidad del partido en los territorios. "Levantarte, luchar, encajar golpe. Pero arriba de nuevo. Fuerza y honor", le escribió en Twitter. Morado anticipó que la conducción de Vox arremeterÃa contra los desertores, que es lo que terminó ocurriendo en su caso y en el de otros exmiembros.
Vox se centra en América Latina tras su espaldarazo internacional: "Es vital para Europa"
Juan Jara, antiguo vicepresidente de la formación, es una de las figuras de mayor renombre en irse y denunciar que Vox no es más que "un chiringuito de y para Abascal" sin oportunidades de incidir en las decisiones. O un partido "fantasma" con un funcionamiento "al servicio de Abascal", como asegura a LPO un exintegrante que abandonó las filas de la ultraderecha luego de los resultados en AndalucÃa. No son pocos los que miran con atención los pasos de Olona.
Abascal envió un mensaje para los dÃscolos con la decisión de remover a Javier Ortega Smith de la secretarÃa general y ponerle como candidato en Madrid. Pero es insuficiente. El lÃder ultraderechista ha privilegiado a los leales, que suelen ser los fanatizados, y quienes le cayeron a Olona, Morado y otros como Luis Miguel Núñez, expresidente provincial de Vox en Toledo, y Fernando Moya, exportavoz en Barcelona. Ya no hay posibilidad de reconciliación y el paso adelante es la escisión del voto ultra.
Justo cuando Vox querÃa desmentir a los que ahora está fuera de la formación, se conoció la denuncia contra Manuel Molina, presidente partidario en Tenerife, acusado por su elección irregular y por nombrar a dedo a su pareja como responsable de afiliación. Abascal tendrá que convencer al electorado de extrema derecha que el suyo es un partido transparente y todavÃa atractivo. Olona se lo hará difÃcil.
La exdiputada prometió que la próxima semana dará detalles de su plataforma polÃtica, que según pudo saber este medio tendrá un fuerte componente "cristiano" y enfocado en la denominada "batalla cultural" en España y América Latina. No habrá mayores diferencias respecto a Vox, pero en estos momentos Olona es una figura más interesante para el votante ultra. Las deserciones en Vox tienen una explicación detrás y el envión de Olona es una alternativa que muchos descontentos con Abascal esperaban.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.