El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se subió este martes al atril del Congreso de los Diputados en su afán de ser investido como presidente del Gobierno.
Pero sin los votos necesario para entrar en el Palacio de la Moncloa, el candidato popular brindó un discurso como trampolín para una oposición muy dura contra Pedro Sánchez y el PSOE por sus pactos con el independentismo catalán y por "romper a España" al abrir la puerta a la amnistía y a la autodeterminación.
"No voy a defender la amnistía, tengo principio, límites y palabras. No comparto que la Carta Magna pueda ser burlada, no comparto las decisiones que van a eliminar de un plumazo la igualdad entre todos los españoles", comenzó Feijóo su intervención.
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Y continuó: "En mi proyecto no figura la amnistía, ni referéndum. Quien aspira a ser presidente tiene que dejar esto claro, fuera de la Constitución no hay democracia. Ningún fin, ni siquiera la presidencia del gobierno, justifica los medios".
El líder popular aclaró que tiene a su alcance "los votos para ser presidente del gobierno", pero que no acepta "pagar el precio" que Carles Puigdemont le pide para hacerlo.
"Quien quiera desmembrar España pone las condiciones. A los dos nos ha ofrecido lo mismo, la diferencia es la integridad entre usted y yo señor Sánchez", subrayó.
El líder popular ha sostenido que "otorgar a quienes pusieron en grave riesgo nuestra convivencia privilegios que se le negarían al resto de los españoles quiebra el principio de igualdad. Privar de todo efecto a las resoluciones judiciales que castigaron esas graves conductas rompe la separación de poderes. Desautorizar la defensa de la legalidad quebrantada que llevaron a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado las debilita. Reducir a meras soflamas posiciones firmes de estas Cortes, cuestiona también las Cortes. Quedaría también discutida la intervención del Rey en 2017".
"Todo ello se haría sin que haya detrás ninguna convicción profunda, tan solo el estado de necesidad parlamentaria de una sola persona. Y todo ello se haría sin una sola contrapartida para el conjunto de los españoles, se cedería a cambio de nada, no en pro de ninguna convivencia. Falso. Se cedería a pesar de que los partidos secesionistas proclaman que volverán a repetir su desafío. ¿Qué demócrata puede defender servírselo en bandeja? Desde luego, yo no", lanzó.
Durante su primera media hora de discurso, propuso la creación de un nuevo delito "de deslealtad constitucional" y agravar las penas de la malversación. Luego adelantó que mantendrá el impuesto a la banca, que subirá el salario mínimo y que llevará a cabo un programa de rebajas fiscales, entre otras medidas de gobierno.
Feijóo no bajó la guardia ni aflojó su tono crispado en ningún momento de su locución. El pacto en puerta entre Sánchez y Puigdemont fue un eje vertebrado de sus palabras: "Señores del PNV y de Junts, a mí no me han votado para entregarles la autodeterminación o la amnistía".
"Ni el independentismo puede pretender ni el PSOE permitir: que decida por todos los españoles Bildu, que hace menos de seis meses llevaba a más de 40 terroristas en sus listas. No se puede permitir que decida por todos los españoles Esquerra, que se jacta de obligar al socialismo de hacer lo contrario de lo que promete. Y que decida por todos los españoles Junts, menos aún después de escuchar todo lo que ha exigido", afirmó.
Dejó en claro su posición y la del PP la habrían suscrito todos los presidentes de la democracia, desde Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, Mariano Rajoy y hasta el José Luis Rodríguez Zapatero. La mención no fue casual: la rebelión de los caciques socialistas es, para Génova, una muestra clara de la "deriva" de Sánchez.
Feijóó volvió a poner sobre la mesa los seis pactos de Estado que en su momento le ofreció al PSOE para llevar a cabo una legislatura compartida. "Vengo a ofrecer es un gobierno que se haga cargo de tres objetivos tan difíciles como exigentes: dejar atrás bloques y bloqueos; garantizar la estabilidad del país; y abordar un programa de reformas a través de grandes acuerdos: en el conjunto, y comunidad a comunidad", dijo.
El líder del PP agradeció en su intervención los apoyos de los partidos con los que suma 172: Vox, UPN y Coalición Canaria.
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A la ultraderecha por "su respaldo responsable y generoso" pese a las "discrepancias y pese a ser la tercera fuerza electoral del país, no lo han condicionado a su presencia en el Gobierno".
En las gradas del Congreso, el PP intentó mostrar su unidad y el respaldo unánime a Feijóo. La puesta en escena, con una llegada arropado por todos los diputados en medio de los aplausos y gritos de apoyo de los militantes se acercaron a la puerta del Hemiciclo y con todos los barones en las tribunas, se pensó como una continuidad del acto del domingo.
Tras el discurso de su líder, Génova insistirá con la idea de que cuenta con el respaldo de la calle y de la mayoría de los españoles. Repetirá que Feijóo pudo ser investido con los votos de Junts, pero que no claudicó ante el "chantaje" independentista. E instalará que con el tándem Sánchez-Puigdemont la democracia española estará en riesgo.
"Ofrezco ser un presidente de fiar para el pueblo y para esta Cámara", concluyó el líder popular tras mas de hora y media de discurso.
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