Con pocos minutos de diferencia, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo dieron el pistoletazo de salida para la campaña a las generales del 23 de julio. Los dos dirigentes, en un giro nada casual, pusieron en el centro de sus preocupaciones la situación en Cataluña, con el jefe de la oposición desplazado a Castelldefels, donde gobierna Manu Reyes, alcalde de la ciudad y presidente del PP de Barcelona.
"Entre juzgarlo e indultarlo vuelve otra vez la mentira sanchista a las calles de Cataluña y a las calles de España. No es de recibo que nos mientan tanto", apuntó Feijóo, quien se refería a las declaraciones de Carles Puigdemont sobre una presunta conversación con "personas del PSOE" que le garantizaban un regreso a España a cambio de un posterior indulto. Ha sido la comidilla del PP de este jueves y el líder de los populares no se lo perdería.
"Me siento muy orgulloso de aquellos que nos levantamos en el Parlament de Cataluña para defender las leyes, no ser más que los demás y que los políticos no modifiquen las leyes a la carta", continuó. Para el PP es primordial dejar atrás el recuerdo del artículo 155, el 1-O, la línea dura del partido en tierras catalanas y volver a repuntar en una plaza clave para ganar una elección general.
Feijóo se ha llevado a Madrid a la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, intransigente en su política hacia Cataluña en los breves años de Pablo Casado y escenificó su "reconciliación" con Cataluña en uno de los pocos municipios en manos del PP. Por la mañana, antes de pegar carteles en Castelldefels con simpatizantes del partido, recorrió la plaza mayor de su natal Os Peares, intercambió abrazos y se ilusionó con ser el primer "chaval nacido en una aldea" en llegar a la Moncloa.
Por su parte, el presidente del Gobierno protagonizó el primer mitin de campaña en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid. "Nos atacan porque hay un gobierno ejemplar y un presidente limpio", disparó. Además, el líder de los socialistas aseguró Feijóo y Santiago Abascal "son el túnel del tiempo" porque suponen "diez años de retroceso para los trabajadores y pensiones, 20 años para los derechos LGTBI, 40 años para los derechos feministas y 80 años en censura a la cultura de este país".
En uno de sus discursos más enérgicos, Sánchez comparó su estrategia hacia Cataluña con la del PP. "Hoy tenemos como primera fuerza al PSC. Esa es la España que recibimos y con la que nos presentamos", dijo en una defensa de su legado. El presidente del Gobierno reivindicó que su partido consiguió evitar la ruptura en España a través del diálogo con el independentismo, sin comentar la situación de los referentes del 1-O.
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Mientras tanto, la vicepresidenta segunda se preparaba para abrir la campaña de Sumar en A Coruña junto Marta Lois, cabeza de lista en la ciudad, y Verónica Martínez Barbero, número uno por Pontevedra. Abascal eligió Valladolid para comenzar la campaña de Vox en Valladolid, Castilla y León, con una fuerte carga simbólica: allí fue donde se consumó el primer acuerdo entre el PP y la extrema derecha.
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