
Pocas veces se lo ha visto a Pedro Sánchez hacer tantos malabares para, por un lado, ser tajante y contundente con su postura y la de su partido (necesidad de reformar la ley de "solo sà es sÃ") y, por el otro, tender puentes (con Unidas Podemos) para evitar que la crisis interna -la más grave de toda la legislatura- siga escalando.
Como era de esperar, y tras un silencio de más de 30 horas, el presidente de Gobierno aprovechó su agenda -la reunión interparlamentaria celebrada en el Congreso de los Diputados- para referirse al conflicto que mantiene en vilo al Ejecutivo.
Sánchez dejó tres sentencias. La primera: la ley tiene que ser modificada porque tiene "efectos indeseados" que hay que resolver. La segunda: su defensa a la normativa impulsada por el Ministerio de Igualdad. Alabó el espÃritu de la ley y el "histórico" compromiso del PSOE con el feminismo. La tercera: la apuesta al diálogo para llegar a un consenso y evitar una crisis que lastre la gobernabilidad y las expectativas electorales de la izquierda.
"Vamos a hacer lo que hay que hacer y es de sentido común: corregir el problema para que en el futuro no se vuelva a producir una sola rebaja de condenas", aclaró de entrada sobre la postura del PSOE, para luego bendecir a la normativa.
"Es una ley que sitúa en el centro el consentimiento explÃcito. Es una buena ley que supone un avance neto en los avances de los derechos de las mujeres. Por eso pocos propugnan la vuelta atrás", afirmó.
Reconoció, no obstante, que la ley está generando problemas en su aplicación: "Digo efectos indeseados y me quedo corto. Porque nadie, ni el Ejecutivo ni los grupos parlamentarios que la apoyaron tuvimos como objetivo que se rebajara ninguna condena a ningún agresor".
Sánchez se jactó del "compromiso histórico" del PSOE con el movimiento feminista ante las crÃticas recibidas en las últimas horas por estos colectivos. "Los avances en igualdad siempre llevaron la firma del PSOE", reivindicó.
"Lo cierto y verdad -volvió sobre la polémica- es que existe un problema". ¿Qué se hace?, se preguntó. "Lo evidente", respondió a la pregunta retórica: "utilizar el diálogo, pero resolver el problema".
"Vamos a defender el gran avance que supone la Ley y también corregir el problema para que en el futuro no se vuelva a producir ni una sola rebaja de condenas", resumió.
En el último tramo de su investigación, Sánchez cargó contra el PP y contra su lÃder, Alberto Núñez Feijóo, por intentar sacar provecho de las discrepancias del gobierno. Cuestionó a la derecha de "no tener proyecto, estar dividida, frustrada, vacÃa de ideas y rebosante de insultos".
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