Todo crisis es también una oportunidad. Ese es el mensaje que por estas horas transmite Pedro Sánchez a su equipo de gobierno. La intención de Moncloa es capitalizar el inédito bloque parlamentario del Tribunal Constitucional.
En términos electorales, piensan en el Ejecutivo, la resolución del TC empuja aún más al PP a la "derecha radical" que roza lo "antidemocrático". El Gobierno pretende ensanchar la polarización en 2023, año electoral. Por eso, internamente, celebra cada vez que Génova se aleja de una moderación que, tras la asunción de Alberto Núñez Feijóo, provocó un muy dañino transvase de votos.
No fue casual que Sánchez haya nombrado varias veces al PP en su corta declaración institucional sobre el bloqueo del TC. Lo culpó por forzar una medida "sin precedente en democracia" y por estar tirando de una peligrosÃsima cuerda.
"Esta situación tiene su origen en la decisión del PP que adoptó al perder las elecciones de incumplir el mandato constitucional. Este bloqueo se mantiene desde hace cuatro años. Y hemos denunciado y en distintas direcciones, pero el PP ha arrojado distintos pretextos y excusas para retener por medios espurios un poder que no le corresponde", dijo. El blanco no es el TC, es el PP.
Sánchez volvió a la carga contra los populares este miércoles en la sesión de control del Congreso. "Ustedes han dicho que harÃan lo que hiciera falta, pero han ido demasiado lejos bloqueando instituciones. No vayan más lejos, vuelvan y cumplan la Constitución", pidió.
En términos de gobernabilidad, el pulso del primer órgano del Poder Legislativo ha enfriado las rencillas internas del PSOE -el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano GarcÃa Page, muy crÃtico por la reforma judicial, cerró filas con Sánchez- y ha aunado al siempre disperso bloque de investidura.
La conflictividad en puerta entre los socios de coalición por la tramitación parlamentaria de la ley trans, la ley de protección animal o la reforma de las pensiones se transformó el lunes por la noche en una foto de cohesión y unidad.
Podemos, ERC, PNV, PDeCAT, Más PaÃs y Bildu le tendieron la mano al PSOE para contraatacar. Por estas horas, fuentes parlamentarias socialistas confirman que ya están abiertas las negociaciones con estas siete formaciones para poder registrar en el Congreso, incluso esta misma semana, una proposición de ley que recupere las dos enmiendas incorporadas a la tramitación de la reforma del Código Penal paralizadas.
La intención de los grupos en el Congreso es esperar a que se dicte el auto del Tribunal Constitucional para presentar esta otra reforma urgente.
Las proposiciones de ley son impulsadas por los grupos parlamentarios. A diferencia de los proyectos de ley que firma el Gobierno. Por lo general, se tramitan y resuelven con mucha más rapidez y no necesitan informes previos de organismos consultivos.
El portavoz del PDeCAT, Ferran Bel, resumió la importancia de esta imagen de consenso y de registrar una proposición de ley con el apoyo de todos los socios. "Es muy necesaria para que se visualice la respuesta del Congreso a la injerencia del Tribunal Constitucional", dijo.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, también hizo alusión al cierre de filas de los socios minoritarios con un dardo sutil a Sánchez: "La diferencia entre ustedes y nosotros es que no les dejaremos tirados, antes que independentistas somos demócratas".
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