El Gobierno hizo rodar la primera cabeza por el escándalo del espionaje. El presidente Pedro Sánchez firmó este martes la destitución de Paz Esteban, la directora del Centro Nacional de Inteligencia, por su responsabilidad en el hackeo ilegal que sufrieron los teléfonos del propio Ejecutivo.
Su despido, adelantado por LPO, tiene varias lecturas. La técnica es indiscutible: Esteban no pudo explicar cómo sus subordinados no pudieron evitar ni detectar un espionaje que afectó, nada menos, que al Jefe de Gobierno. En las últimas horas se sumó el móvil del ministro del Interior Fernando Grande Marlaska a la lista de dispositivos vulnerados.
El CNI reconoce que espió de forma legal a los lÃderes independentistas
En Moncloa entienden que de no ser por el informe del laboratorio canadiense Citizen Lab y la revelación sobre el espionaje a 63 independentistas con el sistema Pegasus, nunca se hubiesen enterado de la vulneración de seguridad que sufrió Sánchez. Su teléfono recién se examinó luego de publicarse esta investigación internacional.
El otro enojo del Gobierno con el CNI es por el espionaje legal, con respaldo judicial, a los lÃderes catalanes. Esteban nunca avisó de esta operación. Los servicios secretos actuaron a espalda de Moncloa.
En la lectura polÃtica, Esteban se convirtió en el chivo expiatorio para intentar cerrar el escándalo y encarrilar una legislatura que quedó jaqueada por las amenazas de los principales socios del gobierno.
Tanto Podemos como ERC exigen desde hace una semana "cabezas" para retomar el diálogo con el Ejecutivo. Piden la dimisión de la ministra de Defensa Margarita Robles, blindada por Sánchez, que sà ha cedido en la segunda exigencia: la salida de la directora del CNI.
El Gobierno confÃa que la medida "calme" los ánimos y, de mÃnima, enfrÃe el malestar de sus aliados. "Esteban va a ser el único cortafuego", señalan desde Moncloa. Su cargo lo ocupará la "número 2" de Robles, la hasta ahora secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro.
Esteban habÃa sido nombrada en 2020 para devolverle al CNI su perdido y necesario perfil bajo, lo contrario a lo que ocurrió en estos dÃas. La guerra abierta entre su expresidente, el militar Sanz Roldán, y su archienemigo, el comisario José Villarejo, habÃa desacreditado, como nunca, a la inteligencia española. Hasta la prensa rosa hablaba del CNI durante el mandato de Mariano Rajoy por su papel en el romance del rey Juan Carlos con Corinna Larsen.
Cuando en el 2016 el CNI se hizo con la licencia de Pegasus, Esteban era jefa del Gabinete Técnico, un puesto al que accedió en el 2010 y que desempeñó hasta junio de 2017, cuando Soraya Sáenz de SantamarÃa, exvicepresidenta de Rajoy, la nombró Secretaria General, el segundo cargo más alto del organismo.
Esteban logró mantener al CNI fuera de las primeras planas hasta la investigación de Citizen Lab. Su salida es una bocanada de aire para el Gobierno, que difÃcilmente se librará de su asfixia polÃtica.
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