En un mismo giro, Pedro Sánchez desconcertó a sus aliados y a la oposición, dejó al descubierto la impotencia de la diplomacia española y enrareció el vínculo estratégico con Argelia. Para la "nueva relación" que Moncloa proyecta con Marruecos, la cuestión del Sáhara Occidental es más un obstáculo que un conflicto en el que pueda influir sobre la monarquía marroquí.
Desde la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz hasta el virtual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuestionaron la movida del sanchismo. Incluso dentro del PSOE surgieron voces que expresaron su solidaridad con el pueblo saharaui, como la presidenta de Islas Baleares, Francina Armengol, y el diputado Odón Elorza. La decisión de respaldar el plan de autonomía de Rabat para el Sáhara Occidental fue tomada entre el presidente y el ministro José Manuel Albares.
Pero hay pocas certezas en este asunto. Primero porque Sánchez y Albares no discutieron el cambio de posición con sus socios de Unidas Podemos. El secretismo dominó el proceso. Luego la noticia fue anunciada por la Casa Real marroquí y no por Exteriores, y Argelia desmintió que haya sido avisada, en medio de un asombro absoluto. Parecía como si Sánchez buscara que un giro trascendental de la política exterior española pasara desapercibido.
"Marruecos exigió a España el reconocimiento del Sáhara luego de que lo hiciera Donald Trump en diciembre de 2020. Como España no siguió la línea marroquí, comenzó una crisis camuflada que se hizo más visible con el tiempo. Marruecos ha seguido una estrategia de chantaje a través de los migrantes y ahora está en la posición de portavoz de España", asegura a LPO Salah Eddine Salhi, profesor de la Universidad de Tlemecen de Argelia e investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha.
"La política exterior de cualquier país es una política de Estado que necesita del consenso de todos los partidos. La veo como la decisión de un partido político más que como una política de Estado", dice. La jugada no está exenta de riesgos. "No sabemos qué ha llevado a España a ganar la confianza de Marruecos, pero al mismo tiempo pierde la confianza de Argelia en un momento crucial", señala el analista en alusión a la dependencia del gas argelino.
El gobierno de Argelia llamó a consultas a su embajador en Madrid. El propio Sánchez había hablado con su par argelino, Abdelmadjid Tebboune, a principios de este mes para asegurar la provisión de gas, pero no le mencionó el cambio de postura respecto al Sáhara. El canciller Ramtane Lamamra se enteró de la existencia de la carta de Sánchez a Mohamed VI -y de su contenido- cuando recién arribaba a China.
Argelia considera el giro de España con el Sáhara Occidental como la "segunda traición histórica"
Argelia insiste en que España nunca le notificó el anuncio y Albares solo se ha mostrado ambiguo, limitándose a indicar que "el viernes se produjo una comunicación que atañe exclusivamente a España y Marruecos". Sin embargo, Moncloa salió a decir que la posición española es la misma que adoptó José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 y la que sostienen Francia y Alemania.
De acuerdo a Salhi, "Francia, Alemania y España no tienen el mismo estatus" en relación con la disputa. "Alemania no reconoció el plan marroquí, sino los esfuerzos que se hacen desde Marruecos. Lo que hizo España es reconocer la línea de Marruecos. España fue la potencia colonizadora, por eso no tiene la misma posición de Francia y Alemania, y tiene la obligación moral de encontrar una solución basada en los esfuerzos de la ONU. Porque la ONU es la que despliega sus fuerzas en esos territorios. La política española de equidistancia ha llegado a su fin", subraya.
El gobierno de Sánchez supo sortear la enemistad entre Marruecos y Argelia, incluso la ruptura de relaciones y el cierre del gasoducto Magreb-Europa, pero el panorama ha cambiado sustancialmente. La imagen de España está en entredicho, algo que advirtió tanto el expresidente José María Aznar -llegó a hablar de un "mensaje de debilidad"- como el delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, que criticó la "tibieza" de Madrid y el hecho de someterse al chantaje marroquí.
Para el Frente Polisario y el pueblo saharaui el único aliado condicional es Argelia. España ha agotado todo su crédito. Y ahora deberá resolver cómo componer el vínculo con su socio argelino que, por sobre todo, le provee casi la mitad del gas que se consume en la península.
"Un escenario es que haya una renegociación del contrato del gas. En los contratos hay cláusulas de estabilidad en las relaciones de amistad. Es una parte inseparable para continuar con la provisión. El tema del gas estará sobre la mesa. Argelia llamó a su embajador a consulta, no se sabe cuándo va a volver. El aparato diplomático argelino es muy proactivo y dinámico", asegura el académico argelino a este medio.
Sánchez suma el apoyo de Macron y Von der Leyen por el Sáhara Occidental
Pero en Argel perciben que el cambio de estrategia excede a España, ya que los gobiernos de Estados Unidos, Francia y la UE se pronunciaron en términos casi calcados al plan de Marruecos. Un plan creíble, realista, sólido. "El Sáhara Occidental se considera como el último territorio bajo colonización en África. Aparte el Tribunal de Justicia de la UE y el Tribunal de Justicia de La Haya sentenciaron que toda la mercancía que sale del Sáhara Occidental no depende de Marruecos. Todos estos elementos de análisis obvian lo que es la realidad de este territorio", dice Salhi.
Albares comparecerá mañana miércoles en el Congreso, y cuesta imaginar cómo hará para presentar la iniciativa del sanchismo como un cambio de rumbo estratégico para la política exterior española. La cuestión migratoria y la situación de Ceuta, Melilla y Canarias estarán en el centro de la justificación, con una cuota de indefinición y buenas intenciones.
No es de extrañar que a los pocos días de haber respaldado el plan marroquí, el ministro expresara su apoyo simbólico al enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura. Como si la autonomía que propone Rabat para el Sáhara no fuera contradictoria con el deseo saharaui de independencia.
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- 122/03/2214:14Para quienes nos informamos sobre política internacional, no es tan así como lo pinta este diario, los países se manejan por intereses, los intereses económicas muchas veces priman, por lo tanto el abastecimiento de hidrocarburos no va a mermar mientras cumplan los compromisos económicos, pero lo que sí es cierto que España y las potencias occidentales han dejado de ser considerados mediadores en este conflicto por parte de Argelia !!! A partir de este paso en falso de España, tanto Marruecos como Argelia se mostrarán en favor del bloque occidental o el bloque oriental, ya no habrá tanta confianza en los hasta ahora países mediadores !!! Es una nueva especie de guerra fría pero en África !!! Lo que queda en claro la existencia de dos bloques bien definidos, el bloque occidental que apoya a Marruecos y el bloque oriental que apoya a Argelia !!!