
Los nacionalistas vascos están en pie de guerra por el vÃnculo cada vez más estrecho entre EH Bildu y Moncloa. El partido que domina el Ejecutivo autonómico se ha involucrado en la discusión por las controvertidas listas de los abertzales, posicionándose del lado de las vÃctimas, y apuntado al presidente del Gobierno por haberse "equivocado bastante", como denuncia Andoni Ortuzar. En el fondo no hay otra cosa que una campaña por delante.
Pedro Sánchez ha demorado su crÃtica a Bildu por los etarras condenados por crÃmenes de sangre, algo lógico para un gobierno que necesita un acuerdo parlamentario con formaciones vascas y catalanas, y eso ha molestado a los jeltzales, alejados de la coalición en el Congreso por la ley de Vivienda y el proceso electoral: los de Ortuzar quieren los beneficios de los pactos con el PSOE y Unidas Podemos, pero quiere esconder ese diálogo al electorado vasco.
"Son unos artistas trabajando el victimismo y va a parecer que los agredidos son ellos", disparó el presidente del PNV en alusión a Bildu y para alertar a Sánchez. Sin embargo, Ortuzar también cayó en la trampa de su rival, ya que toda la semana ha atacado la presentación de candidatos vinculados con el terrorismo. Por primera vez, los nacionalistas temen que los abertzales se acerquen demasiado a sus resultados el 28M.
Ortuzar ha deslizado que el pacto de investidura no se está cumpliendo y lamentó la aprobación de la norma que topa los alquileres, regula los desahucios y obliga a los grandes tenedores de a bajar el precio del arriendo en zonas tensionadas. La ley se debate hoy en el Senado, luego de que se aprobase en el Congreso con el voto negativo del PNV.
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Desde el gobierno vasco se justificó el voto por las competencias autonómicas, aunque en la coalición y sus socios parlamentarios, la nota fue el conservadurismo del PNV y la necesidad de desmarcarse de Moncloa a poco de los comicios. Lo cierto es que los nacionalistas vascos son unos aliados que se mueven a dos aguas, entre el Ejecutivo de Sánchez y la oposición liderada por el PP, con el cual podrÃa volver a pactar si los populares ganan las generales.
La clave del alejamiento radica en la elección de Bildu como socio preferencial entre las formaciones vascas, y "solo hay dos en el Congreso", dice a LPO una fuente del PNV que refleja el malestar interno con Sánchez. En el partido también prestarán atención a lo que pase en el resto de las comunidades para calibrar su estrategia para los próximos años. En caso de que el PSOE agote la legislatura, el PNV tendrá que cambiar de piel una vez más.
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Durante el gobierno de Mariano Rajoy, los nacionalistas vascos pactaron gobernabilidad y en 2018 votó a favor de destituir al entonces lÃder popular. Ese es el fantasma aterra a los socialistas. En Moncloa esperan que el escenario electoral en el PaÃs Vasco se reparta entre nacionalistas moderados y progresistas. Si se desequilibra el control allÃ, Sánchez lo sentirá en Madrid.
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